La Contraloría General de la República reconoció haber adquirido 3 mil botellas de alcohol en gel que carecían de registro sanitario. La compra fue realizada para reducir los riesgos de contagio del COVID-19; no obstante, no son efectivas y podrían poner en riesgo la salud de los funcionarios de la institución.
El contralor Nelson Shack calificó el error como «inaceptable», pues el proveedor habría precisado que el producto si cumplía con los requerimientos necesarios en una declaración jurada entregada previo a la compra.
«Se ha determinado que el producto entregado por el proveedor no cumple con las especificaciones técnicas, que el mismo proveedor alegó en su declaración jurada. Eso es inaceptable», aseguró Shack.
«Ante este hecho detectado, se retirará el producto y será reemplazado. Recuerden que no se pueden realizar operativos sin el uso de los equipos de protección correspondientes», agregó.
Los documentos de la compra dan cuenta de la adquisición de las botellas de alcohol en gel de un litro cada una, así como 7 mil mascarillas N95, a la empresa Professional Clinic SA en el mes de abril.