La columna de la semana pasada resaltaba la oportunidad de las empresas mineras de conectarse con las comunidades aledañas y explorar juntos la posibilidad de apoyarse para prevenir la expansión del Covid-19. Las empresas y comunidades pueden trabajar juntas para elaborar protocolos sanitarios y planes de acción ante la emergencia sanitaria. ¿Cómo podemos trabajar juntos? Las empresas mineras y las comunidades locales pueden trabajar lado a lado para reactivar la vida productiva del país.
Los héroes de la selección peruana alegan “Al coronavirus le ganamos todos juntos» y las autoridades del país sostienen «Esta lucha la ganamos todos juntos”. El Covid-19 es una pandemia y todos estamos expuestos. Se han dado medidas y normas para abordar esta crisis sanitaria, y para reactivar la vida productiva, esta primera fase incluye a la minería. Las normas parecen haber enmarcado la pandemia como un tema de salud ocupacional (vinculado a riesgos biológicos) – quizás para realizar un abordaje efectivo – pero en realidad es un tema de salud pública, por lo que el abordaje debe ser más integral.
El enfoque no puede ser solo testeo y diagnóstico de Covid-19 porque las pruebas rápidas y moleculares dan un resultado de 30% de falsos negativos, sumado al 50% de casos de contagiados asintomáticos que nunca se enteran que tuvieron la enfermedad. Esto deja en la sombra riesgos innecesarios. Se debe tener también un enfoque de diagnóstico clínico y epidemiológico. Es clave conocer cómo se traslada el virus. Es crucial conocer cómo se están moviendo las personas, por ejemplo, personal de las empresas, ingenieros, ejecutivos, trabajadores. Se debe realizar vigilancia a los riesgos y se necesita tener información para poder intervenir y hacer un seguimiento para mitigar riesgos. Quizás se está teniendo el mensaje errado “si no cumples con protocolos serás multado”, quizás el mensaje debe ser mas alineado al sentido de responsabilidad. ¿Cómo contribuyo desde la empresa para prevenir que el riesgo del Covid-19 se vuelva un problema mayor e incontrolable? .
¿Solo debemos enfocarnos en lo que ocurre dentro de la unidad minera?, ¿Qué pasa con el entorno de la comunidad?. En Rumbo Minero TV, se expresó que han existido trabajadores en unidades mineras que iban y venían a sus comunidades todos los días. El problema es que algunas empresas mineras o sus relaciones comunitarias no están llegando a las comunidades para brindar informar para su protección. Si uno solo se preocupa por lo que sucede dentro de la unidad minera, el contagio no va a terminar. Las empresas mineras que reanudan actividades y las comunidades vecinas tienen la oportunidad de mejorar relaciones, construir confianza juntos y trabajar para prevenir contagios, mitigar riesgos, y tratar los contagios oportunamente cuando ocurran.
Por un lado, se debería integrar la red de salud con la red de producción minera, facilitar la generación de convenios de cooperación, mejorar las condiciones de la red de salud y mejorar la notificación de casos para un oportuno abordaje. Alguna empresa minera podría cuestionarlo diciendo que se incrementarían costos no presupuestados. Más allá de una discusión sobre si representa un gasto, costo o inversión, este es un tema de salud publica. Por ello, los gastos incurridos para la mitigación de riesgos y el tratamiento de la pandemia deberían ser subsidiados, reembolsado o deducibles de impuestos. Sabemos que si pensamos en el dinero como limitante de acciones, la creatividad para generar soluciones juntos se verá limitada. Primero pensemos en soluciones y luego pensemos en cómo las financiamos – También podríamos ser creativos en el financiamiento, por ejemplo, podríamos pensar en el seguro integral de salud y la universalización de la salud. Algunas empresas e instituciones están uniendo esfuerzos en la “iniciativa juntos podemos por la minería” para identificar medidas innovadoras y capacidades tecnológicas disponibles para abordar los desafíos para enfrentar los impactos de la enfermedad. Esta iniciativa debería tener un alcance amplio para enfocarse no solo en lo que ocurre solo dentro de la unidad minera sino también en las comunidades del entorno.
Conocemos de empresas que están innovando, pensando en como abordar la pandemia incluyendo a las comunidades en sus acciones, comunidad con tecnología, y otras haciendo no solo educación sanitaria sino también aprovechando la experiencia de los comités de monitoreo y vigilancia ambiental participativos para hacer una suerte de comités de vigilancia comunitaria frente al Covid-19. Las empresas mineras – que por lo general cuentan con altos estándares de control sanitario – deberían no solo hacer educación sanitaria, sino también ofrecer su apoyo para la protección y el cuidado a las comunidades.
Esta pandemia exige que trabajemos juntos y exige la co-gestión de la situación. Para la co-gestión de problemas científicos complejos existe el Proceso de Búsqueda Conjunta de Información (Joint Fact-Finding), un proceso y conjunto de buenas prácticas participativas para asegurar que la información científica y las decisiones de gobierno (como la salud pública) y de actores privados estén adecuadamente equilibradas. Promueve aprendizaje conjunto, genera información, análisis confiable, y permite la consideración de saberes locales y científicos. Esto no solo genera información para todos, sino también experiencias que construyen confianza entre los involucrados. Las comunidades, el Estado y las empresas mineras tienen la oportunidad de construir confianza juntos.
Una aplicación práctica puede ser la implementación de comités de monitoreo y vigilancia comunitaria Covid-19 para hacer evaluaciones epidemiológicas participativas o evaluaciones de la situación de salud, estándares de bioseguridad y riesgos que ayuden a identificar determinantes sociales de salud. Así como información sobre el traslado de las personas, y en general, información epidemiológica clave para la toma decisiones frente a la pandemia. Por ejemplo, se podría elaborar estrategias sanitarias con la comunidad para hacer seguimiento a la movilidad de personas para para prevenir y mitigar contagios. La rondas campesinas fueron clave para vencer al enemigo del pasado; quizás hoy, las rondas campesinas, puedan ser parte de planes de control de sospechosos, con el fin de detener el avance del presente enemigo. En general, existen experiencias previas en el país – como los estudios de impacto sanitario en el sector hidrocarburos – que pueden ayudar a considerar estas diversas posibilidades. Trabajando juntos, las comunidades, el Estado y empresas mineras pueden elaborar estrategias sanitarias y protocolos de acción. Tenemos la oportunidad de reactivar juntos la vida productiva del país, pero solo podremos hacerlo juntos con un paradigma de valor compartido con beneficios para todos.