El 27 de octubre de 2024, Uruguay celebró una jornada electoral marcada por una alta participación ciudadana y un clima político pacífico que contrasta con la situación en otras naciones de América Latina. Los uruguayos acudieron masivamente a las urnas, con una participación cercana al 89%, lo cual refleja el sólido compromiso cívico y el fuerte arraigo democrático que caracteriza al país sudamericano. En esta primera vuelta, los uruguayos dejaron en claro sus prioridades y preocupaciones, entre las que destacan la inseguridad y el aumento de la pobreza infantil, dos temas cruciales en el debate nacional y que sin duda continuarán siendo protagonistas de la segunda vuelta.
Resultados de la primera vuelta
En los resultados preliminares, Yamandú Orsi, candidato de centro-izquierda y representante del Frente Amplio, lideró la contienda con una votación que oscila entre el 42% y el 44%. Orsi, un exprofesor de historia y exalcalde con una trayectoria enfocada en la justicia social, ha ganado la simpatía de un sector significativo de la población, especialmente de aquellos que buscan fortalecer la seguridad social y reducir las desigualdades en el país. Sin embargo, su principal contrincante, Álvaro Delgado, candidato de centro-derecha y figura destacada del actual gobierno, obtuvo entre el 27% y el 28% de los votos. Delgado, de 55 años y exjefe de gabinete del presidente Luis Lacalle Pou, busca continuar las políticas del actual gobierno, enfocándose en la estabilidad económica y la seguridad, a pesar de enfrentar críticas en temas de criminalidad y percepción de inseguridad.
Al no haber alcanzado ninguno de los candidatos el 50% necesario para una victoria directa, se ha programado una segunda vuelta electoral para el próximo 24 de noviembre, que promete ser una contienda crucial y reñida.
LEE TAMBIÉN: Evo Morales denuncia atentado en su contra
Imágenes y propuestas de los candidatos
Yamandú Orsi, de 57 años, ha conseguido consolidar su imagen pública a través de su accesibilidad y cercanía con los ciudadanos, evocando el estilo del expresidente José «Pepe» Mujica. Orsi basa su propuesta en un enfoque social con promesas de fortalecer la red de seguridad social y abordar los temas que más preocupan a la población, como la pobreza infantil, que afecta a uno de cada cinco niños en el país. En la vereda opuesta, Álvaro Delgado representa la continuidad del gobierno actual y apela a un discurso de estabilidad económica y mantenimiento del orden. Delgado, no obstante, enfrenta el reto de distanciarse de los aspectos menos populares de la actual administración, especialmente en cuanto al manejo de la seguridad pública, donde los uruguayos han expresado su creciente preocupación.
Influencia de candidatos secundarios
Además de los dos contendientes principales, Andrés Ojeda, un abogado de estilo mediático y carismático, consiguió captar la atención de un sector importante del electorado joven y alcanzó aproximadamente el 15% de los votos en la primera vuelta. Aunque Ojeda no competirá en la segunda ronda, su influencia podría ser decisiva, ya que podría canalizar su apoyo hacia uno de los candidatos principales y afectar el resultado final. La preferencia de Ojeda podría inclinar la balanza en favor de Delgado, a quien ha manifestado su apoyo para evitar un retorno del Frente Amplio al poder. Sin embargo, algunos analistas sugieren que esta decisión podría también beneficiar indirectamente a Orsi, especialmente si los votantes jóvenes ven en él una alternativa más afín a sus ideales y expectativas de cambio social.
LEE TAMBIÉN: Maduro y Putin impulsan alianza estratégica a largo plazo con nueva comisión de 10 años
Temas clave en el debate electoral
Durante la campaña, los temas que dominaron el debate incluyeron la seguridad, la reforma del sistema previsional y la educación. La seguridad pública ha sido uno de los temas más urgentes, con un aumento en homicidios y robos que ha llevado a ambos candidatos a proponer reformas para enfrentar esta problemática. Asimismo, un referéndum reciente sobre la reforma previsional, que proponía reducir la edad de jubilación y mejorar las prestaciones, fue rechazado por los votantes, en gran parte por las preocupaciones de los ciudadanos sobre el impacto fiscal de estas medidas. La educación es otro de los puntos de preocupación de los uruguayos, con una tasa de graduación secundaria baja que incide en las expectativas de futuro para los jóvenes del país.
Proyecciones para la segunda vuelta
Tras conocerse los resultados preliminares, ambos candidatos se dirigieron a sus seguidores para expresar sus planes y visiones para la segunda vuelta. Orsi manifestó su optimismo y afirmó estar listo para los 27 días de campaña que restan hasta la votación final. Delgado, por su parte, reafirmó su compromiso con las políticas de estabilidad y seguridad, prometiendo trabajar para consolidar el apoyo de los uruguayos en esta última etapa de la contienda.
LEE TAMBIÉN: La exitosa reunión de los BRICS+
Desafíos y estrategias de los candidatos
A medida que ambos candidatos se preparan para el próximo 24 de noviembre, las expectativas están centradas en la capacidad de cada uno para conectar con los votantes indecisos y movilizar a quienes no participaron en la primera vuelta. Los analistas coinciden en que Orsi tiene una ventaja inicial gracias a su cercanía con el electorado y su enfoque en políticas sociales que buscan responder a las necesidades de una población que ha experimentado un aumento de las desigualdades en los últimos años. Sin embargo, Delgado representa una opción atractiva para aquellos que priorizan la estabilidad económica y la continuidad de un modelo de gobierno que ha sido bien valorado en algunos sectores.
Perspectivas futuras para Uruguay
Los desafíos de ambos candidatos son complejos y múltiples. Para Orsi, la clave estará en intensificar su campaña y fortalecer su mensaje de seguridad y justicia social, mientras que Delgado deberá movilizar el respaldo de aquellos votantes que buscan un cambio moderado, sin grandes sacudidas al modelo actual. La atracción del voto joven será fundamental en esta segunda vuelta, ya que representa una proporción importante de los votantes indecisos y puede inclinar la balanza hacia uno u otro candidato.
LEE TAMBIÉN: Residentes denuncian que Rusia ataca intencionalmente con drones a civiles en el sur de Ucrania
Conclusión: Un futuro en decisión
Con la segunda vuelta a la vista, las elecciones en Uruguay reflejan el deseo de los ciudadanos por un cambio social sin caer en polarizaciones extremas. Esta contienda es también un reflejo del compromiso de Uruguay con una democracia estable y funcional, en un contexto donde otros países de la región enfrentan desafíos políticos de mayor polarización. La decisión final de los uruguayos no solo determinará el rumbo inmediato del país, sino que marcará el camino de la política uruguaya en los próximos años, en un equilibrio delicado entre el deseo de progreso social y la necesidad de mantener una estabilidad institucional robusta.