La población civil de Jersón, al sur de Ucrania, espera con ansias lluvias torrenciales, ya que estas son la única condición meteorológica que impide el vuelo de los drones rusos, según los residentes. Desde el inicio del otoño, los ataques con drones contra civiles han aumentado drásticamente. Los informes mencionan ataques dirigidos a peatones, vehículos, autobuses e incluso ambulancias, según autoridades locales.
Contexto del conflicto
Desde la invasión rusa en febrero de 2022, Ucrania ha sufrido agresiones que han afectado gravemente a su población civil. La guerra ha destruido infraestructuras críticas, ha desplazado a millones de personas y ha provocado un alarmante aumento de víctimas civiles. Las tácticas rusas han sido condenadas internacionalmente, con numerosos informes que documentan ataques indiscriminados en áreas pobladas. Estos ataques no son hechos aislados, sino parte de una estrategia más amplia que busca desestabilizar a la población civil y generar terror entre los ciudadanos ucranianos. Los ataques aéreos y con drones han sido una constante, y recientemente se han utilizado drones kamikaze Shahed para atacar zonas civiles, causando múltiples muertes y daños significativos a la infraestructura.
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Ataques rusos a Ucrania
Desde principios de septiembre, los drones han matado al menos a 14 personas y herido a otras 222, incluidos tres niños, según las autoridades. “No les importa a quién atacan, sea una abuela, un abuelo, hombre o mujer”, afirmó Tetyana Yakovleva, trabajadora de una fábrica y voluntaria humanitaria de 47 años que vive en Antonivka. Los habitantes han llamado “la carretera de la muerte” a una vía cercana, debido a su proximidad a las fuerzas rusas y su historial de combates. Jersón, la ciudad ucraniana más grande en la línea del frente, fue la primera en caer bajo ocupación rusa en marzo de 2022 y permaneció bajo control ruso hasta su liberación ocho meses después. En junio del año pasado, la destrucción de la presa de Nova Kajovka, situada río arriba, inundó partes de la ciudad. Hoy, las posiciones militares rusas siguen representando una amenaza constante de ocupación.
Yakovleva, quien permaneció en su pueblo durante la ocupación, ha resultado herida varias veces desde el inicio de la guerra. Recientemente, sufrió heridas nuevamente cuando un dron atacó el refugio humanitario donde trabajaba como voluntaria. “El dron estuvo sobrevolándonos un buen rato antes de soltar una granada junto a la puerta”, relató Yakovleva. “Todos quedamos en shock”. Añadió que el mal tiempo es su única esperanza: “Es aterrador. Siempre miramos al cielo antes de salir, asegurándonos de que no haya zumbidos”. Dos fuentes del ejército ucraniano en Jersón señalaron que no pueden identificar una justificación militar para los ataques con drones rusos, asegurando que su objetivo principal es aterrorizar a los residentes locales.
En septiembre, Rusia lanzó más de 2,700 drones sobre la zona, y para el 17 de octubre, ya había desplegado otros 1,500, según Oleksandr Prokudin, jefe de la administración militar de Jersón. La alta frecuencia de estos ataques, junto con el pequeño tamaño de los drones, dificulta que las fuerzas ucranianas los intercepten. La velocidad de los drones también impide que los civiles logren escapar. Kateryna Stepanenko, analista del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), explicó que muchos drones operan en altitudes y longitudes de onda que quedan fuera del alcance de los sistemas de defensa aérea. La gran cantidad de drones desplegados, muchos de ellos comerciales, está sobrecargando los sistemas de detección ucranianos.
El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW)
El ISW observó un aumento significativo en los ataques con drones en la región de Jersón desde julio de 2024. Esto coincidió con la retirada de las fuerzas ucranianas de posiciones en el lado oriental del río Dnipro, ocupadas por Rusia. Los analistas creen que los rusos emplean estos drones por varias razones, incluyendo la presión para mantener los ataques y evitar ser trasladados a otros frentes. También es probable que estén experimentando con nuevos modelos de drones. Preocupa que algunos blogueros rusos se hayan jactado en línea de los ataques letales con drones. A principios de septiembre, varias cuentas en Telegram anunciaron la creación de una “Zona Roja” no oficial en Jersón. En esta zona, cualquier vehículo o infraestructura sería considerado un objetivo legítimo.
El ISW también ha señalado que las fuerzas rusas están destruyendo vehículos, incluidas infraestructuras civiles, para impedir el movimiento de las fuerzas ucranianas. Los residentes de Jersón comentan que ningún objetivo parece estar fuera del alcance de los drones rusos. El lunes, un dron atacó una ambulancia en la ciudad, hiriendo a dos paramédicos; fue el segundo ataque de este tipo en semanas. “No hemos podido salir de casa en los últimos meses”, comentó Natalya, otra residente de Antonivka herida en el mismo ataque al refugio humanitario que Yakovleva. “Sobrevivimos a la ocupación y a la inundación, pero estos ataques con drones son insoportables. Es como un safari contra nosotros”.