El 14 de diciembre de 2024, el Parlamento de Corea del Sur destituyó al presidente Yoon Suk Yeol, un hecho sin precedentes provocado por su declaración de ley marcial el 3 de diciembre. Aunque Yoon justificó la medida por supuestas amenazas de Corea del Norte y «fuerzas antiestatales», se evidenció que sus motivaciones estaban ligadas a problemas políticos internos.
La ley marcial, que restringía actividades políticas y suspendía derechos fundamentales, generó protestas masivas que forzaron a Yoon a retractarse horas después. Sin embargo, la inestabilidad política ya se había desatado, llevando a la oposición a iniciar un proceso de destitución.
Proceso de impeachment: Votación histórica y suspensión del mandatario
Tras un intento fallido el 7 de diciembre, la oposición logró los votos necesarios para la destitución el 14 de diciembre, con 204 de 300 votos a favor. Yoon, en un discurso posterior, expresó frustración, pero su suspensión fue inmediata. El primer ministro Han Duck-soo asumió como presidente interino. Ahora la Corte Constitucional tiene seis meses para decidir si ratifica la destitución; de ser así, se convocarán elecciones presidenciales en 60 días.
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Polarización social y reacciones al impeachment
La destitución ha polarizado a la sociedad surcoreana. Los partidarios del Partido Demócrata celebran una victoria para la democracia, mientras que los seguidores de Yoon expresan preocupación por el futuro del país. El líder demócrata, Lee Jae-myung, posible candidato en futuras elecciones, instó a la Corte Constitucional a actuar con rapidez para minimizar la incertidumbre política.
A pesar de la crisis, las bolsas de valores experimentaron un alza sostenida tras la destitución. Esto sugiere que los inversores perciben la destitución como un factor de estabilización a corto plazo, tras un periodo de incertidumbre política.
Futuro incierto: La decisión de la Corte Constitucional
La situación política sigue siendo incierta. La decisión de la Corte Constitucional será crucial para el futuro de Yoon y el rumbo político del país. Si se ratifica la destitución, se iniciará un nuevo capítulo electoral. La crisis también resalta las tensiones entre los poderes ejecutivo y legislativo, planteando interrogantes sobre la salud democrática de Corea del Sur.
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Comunicación con Aliados Internacionales
Una de las primeras acciones de Han Duck-soo como presidente interino fue establecer contacto con líderes internacionales clave, con el objetivo de reafirmar el compromiso inquebrantable de Corea del Sur con sus alianzas estratégicas.
En particular, el 15 de diciembre, Han mantuvo una conversación telefónica con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en la que enfatizó que Corea del Sur continuará ejecutando sus políticas exteriores y de seguridad sin interrupciones, y que se esforzará por fortalecer aún más la sólida alianza entre ambos países.
El presidente Biden, por su parte, expresó su confianza en la resiliencia y la fortaleza de la democracia surcoreana, y reafirmó el compromiso inquebrantable de Estados Unidos con la seguridad de Corea del Sur.
Diálogo con partidos políticos
El nuevo presidente interino ha demostrado una clara voluntad de mantener un diálogo abierto y constructivo con los principales partidos políticos del país, reconociendo la importancia de alcanzar consensos en un momento tan crítico para la nación.
En un gesto significativo, el líder del Partido Demócrata, Lee Jae-myung, anunció públicamente que su partido no solicitaría la destitución de Han Duck-soo, una decisión que fue interpretada como un intento de evitar una mayor inestabilidad política y de no añadir más confusión a una situación ya de por sí compleja.
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Enfoque económico y Corte Constitucional
En resumen, Han Duck-soo ha asumido la presidencia interina de Corea del Sur en un momento de gran complejidad política, y ha adoptado una serie de medidas decisivas para estabilizar el país y transmitir confianza tanto a nivel interno como internacional.
Su enfoque se ha centrado en fortalecer las relaciones internacionales, gestionar las tensiones internas, asegurar la estabilidad económica y respetar el proceso institucional mientras se aguarda la decisión de la Corte Constitucional, que tendrá un plazo de seis meses para decidir sobre la ratificación del impeachment. Su liderazgo y capacidad de gestión serán fundamentales para que Corea del Sur supere esta crisis y avance hacia un futuro más estable y próspero.