Un carguero ruso, sospechoso de transportar misiles balísticos iraníes destinados a la guerra de Moscú contra Ucrania, fue avistado en un puerto del mar Caspio hace una semana. El buque, identificado como el Port Olya 3, fue captado en el puerto de Olya, en Astracán.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos determinó que el Ministerio de Defensa ruso utilizó el Port Olya-3 para transportar misiles balísticos de corto alcance (CRBM) desde Irán a Rusia este martes. El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia afirmó que Hezbollah, Irán y el Líbano no desean una «guerra total». Así, se informó el fin de semana anterior que Irán había transferido recientemente misiles balísticos de corto alcance a Rusia. Ello con el objetivo de emplearse en la guerra contra Ucrania, lo que representa una escalada significativa en el apoyo de Irán a Moscú.
Desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, las relaciones militares entre Irán y Rusia se han estrechado. Irán ha suministrado miles de drones de ataque «Shahed» a Rusia y, según funcionarios estadounidenses, también ha construido una fábrica de drones en territorio ruso.
Detalles del incidente
Las imágenes satelitales fueron difundidas un día después de que el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, declarara en Londres que el ejército ruso había recibido misiles balísticos iraníes Fath-360 y «probablemente los usará en unas semanas en Ucrania». El Fath-360 tiene un alcance de hasta 120 kilómetros y puede transportar una carga útil de 150 kilogramos. Aunque su carga es menor que la de bombas aéreas rusas, su capacidad para atacar desde gran distancia y su difícil interceptación lo hacen valioso.
El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) concluyó que «es probable que las fuerzas rusas utilicen los misiles iraníes para atacar la infraestructura energética, militar y civil de Ucrania en los próximos meses». Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Seyed Abbas Araghchi, negó que su país haya suministrado misiles balísticos a Rusia. Así, escribió en X: «Una vez más, Estados Unidos y el E3 (Reino Unido, Francia y Alemania) actúan con información errónea y una lógica defectuosa. Irán NO ha entregado misiles balísticos a Rusia. Punto».
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania convocó esta semana al encargado de negocios iraní, Shahriar Amouzegar, tras conocerse los informes sobre el envío de misiles. Amouzegar recibió una advertencia de que las relaciones entre Ucrania e Irán podrían enfrentar «consecuencias devastadoras e irreparables» si se confirmaban los reportes.
Blinken afirmó este martes que Washington había «advertido en privado a Irán que tomar esta medida constituiría una escalada dramática». Además, añadió que Irán ha entrenado a decenas de militares rusos para manejar el Fath-360, lo que permite a Rusia utilizar más de su arsenal contra objetivos más alejados de la línea del frente.
Anteriormente, funcionarios estadounidenses informaron que las negociaciones rusas para adquirir misiles balísticos de corto alcance de Irán comenzaron en septiembre pasado. De hecho, inició cuando el entonces ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, viajó a Irán para revisar los sistemas de misiles del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica. «Por su parte, Rusia está compartiendo la tecnología que Irán busca. Es una vía de doble sentido, que incluye temas nucleares y cierta información espacial», añadió Blinken este martes.
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Implicaciones geopolíticas
No está claro si la entrega de misiles balísticos de Irán desde Rusia a Ucrania convencerá a EE.UU. y sus aliados europeos. Esto podría influir en las restricciones sobre misiles ucranianos contra Rusia. Hasta ahora, Ucrania ha utilizado ocasionalmente misiles HIMARS de fabricación estadounidense contra objetivos entre 60 y 80 kilómetros dentro del territorio ruso. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha solicitado repetidamente a los aliados de Kyiv una mayor libertad para usar misiles occidentales en territorio ruso.
Se observa así que la cooperación militar entre Irán y Rusia en el Mar Caspio, sumado al suministro de misiles balísticos iraníes a Rusia para su uso en Ucrania, representa un desafío geopolítico significativo. Estos desarrollos profundizan la alianza entre Moscú y Teherán y aumentan la tensión con Occidente. La situación en el Mar Caspio merece seguimiento, ya que podría escalar las tensiones regionales e internacionales. La comunidad internacional está preocupada por el transporte de armas entre Irán y Rusia a través de esta vía marítima y exige una respuesta coordinada.