El presidente Joe Biden enfrenta ahora una de las situaciones más comprometedoras para sus proyectos en el ejecutivo. Habiendo alcanzado el medio mandato, las elecciones legislativas del 8 de noviembre supondrán un cambio significativo para Estados Unidos. Si bien es cierto que ningún partido en el gobierno ha mantenido el número de representantes en el congreso salvo 4 excepciones en la historia de EE.UU, este cambio amenaza con ser más drástico. Durante estos dos últimos años, la popularidad de los demócratas ha ido en una constante decadente. Joe Biden ha experimentado un índice de popularidad de 40% en octubre de este año, la cifra más baja en los últimos años. Esto definitivamente repercutirá en las elecciones de medio mandato, y afectará el desempeño parlamentario de los demócratas.
¿Qué implican las elecciones de medio mandato para Joe Biden?
Como en todo sistema político democrático y con presencia de un órgano legislativo, la manutención de una composición parlamentaria favorable al ejecutivo es sinónimo de una mayor gobernabilidad. El filtro por el que pasa cualquier resolución o presupuesto tiende a recibir una oposición mucho menor, y rara vez recibe trabas. Estas elecciones pueden acabar con las posibilidades de Joe Biden de restituir su prestigio e imagen pública, elementos esenciales para una posible reelección en 2024.
En este sentido, estas elecciones determinarán el destino del país en los próximos años, por cuanto ellas solas garantizarán las probabilidades de ejecución de los proyectos que el ejecutivo plantee. El partido demócrata que, hasta 2020 -considerando los constantes tropiezos del ex presidente Trump durante pandemia- parecía haberse institucionalizado sólidamente, ahora enfrenta un serio desafío. Como muchos analistas indican, con la decreciente popularidad del partido demócrata y el -según población- fracaso en sacar a flote la economía, esta parece ser una oportunidad de oro para los republicanos. Muchos estados clave, en los que el partido demócrata ganó sólidamente, se ven amenazados por esta transición.
Biden, ante estos cambios, podría enfrentar una férrea oposición a futuros proyectos, e incluso un impeachment. Queda claro que un triunfo republicano en estas condiciones implica mayores restricciones a su gobierno. Dependiendo del desempeño de los republicanos en el ala legislativa del gobierno, esto también sembraría el terreno para un eventual triunfo republicano en las presidenciales.
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Otros cambios en camino
El cambio de la totalidad de la cámara de representantes y de un tercio de la cámara de senadores (35 asientos) traerá consigo otros cambios igualmente relevantes. Entre los proyectos que se disputan en paralelo a estos comicios, hay varias polémicas contemporáneas que se someterán a voto popular. En Vermont, Montana, Kentucky y California, se evaluará la situación legal del aborto tras la anulación de la Corte Suprema del fallo Roe vs. Wade. La aprobación del uso recreativo de la marihuana será puesta en sufragio en Arkansa, Missouri, Dakota del norte y del sur y Maryland. Finalmente, y como mayor curiosidad, en 5 estados se incluirá la abolición de la esclavitud en la boleta electoral, mediante la derogación de la excepción contemplada en la 13° enmienda a la constitución de los Estados Unidos, siendo los estados que procurarán reformar esta excepción normativa en sus respectivas constituciones Alabama, Louisiana, Tennessee, Oregon y Vermont.
Definitivamente, estas elecciones supondrán cambios muy interesantes, pero por encima de todo facilitarán a los analistas el anticipar y especular sobre los resultados potenciales de las elecciones presidenciales que se avecinan, y que podrán marcar nuevas tendencias en el escenario político global.