Este año, LATAM y el Caribe comenzó con una taza de desempleo del 9,6%, la mitad de los trabajadores se mantienen en la informalidad y en incertidumbre. Muchos sectores no se han recuperado o han cambiado la naturaleza de está sin reactivar el empleo a sus trabajadores. Además, las mujeres no son ajenas a este escenario desproporcionadamente por el impacto de la pandemia, destacó un informe de la agencia laboral mundial.
La pandemia del COVID 19 provocó la pérdida de 49 millones de puestos de trabajo en América Latina y el Caribe en 2020, a pesar de su repunte económico superior al 6%.
Este martes, la Organización Internacional del Trabajo publicó un informe que indica la recuperación económica ha sido insuficiente para que el empleo regrese a niveles de 2019.
Al inicio de este año todavía hay unos 28 millones de personas que buscan trabajo sin encontrarlo y el panorama no se ve prometedor.
«Hay casos de profesiones que desaparecieron, que cambiaron de naturaleza de forma muy brusca con la incorporación de la tecnología».
Vinícius Pinheiro, actual Director Regional de la Oficina de la OIT para América Latina y el Caribe
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La desesperanza laboral femenina en LATAM
A finales de 2021, faltaba recuperar alrededor de 4,5 millones de empleos, incluyendo las personas desocupadas y quienes aún no retornan a la fuerza de trabajo.
La gran mayoría de estas personas son mujeres, que no han experimentado una mejoría en la tasa de desocupación. Para superar esta crisis es necesario crear más y mejores empleos.
Es un hecho que puede repercutir en forma frontal sobre un mejoramiento de los indicadores sociales, incluyendo los de pobreza y desigualdad.
«Gran parte de las mujeres que no han regresado a trabajar no lo han hecho porque están atrapadas en la crisis del cuidado que se produjo con la pandemia».
Vinícius Pinheiro
Luego de haber experimentado los impactos más intensos de la crisis durante 2020, la recuperación del empleo femenino ha exhibido una intensidad mayor a la del empleo masculino.
De manera similar, fue más intensa la recuperación de la oferta laboral de las mujeres en relación a los hombres. Es decir, durante 2021 no se amplificó la diferencia entre la tasa de ocupación de hombres y de mujeres, y tampoco lo hizo la brecha de participación por género.
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Niños y jóvenes afectados
Este sector ha sido uno de los más afectados debido a que muchos niños no ingresaron a sus escuelas y posiblemente no lo hagan más adelante, pues han tenido que incorporarse al mundo laboral.
Además, muchos jóvenes suelen entrar al primer empleo que consiguen, con gran frecuencia en condiciones de informalidad.
La informalidad es endémica en esta región y podríamos considerarla como una “comorbilidad social” en esta pandemia.
«Entonces, las mujeres y los jóvenes son grupos clave que deben ser rescatados para el mercado de trabajo de forma que las políticas para el futuro no dejen a nadie atrás».
Vinícius Pinheiro
La mayor pérdida proporcional inicial de las ocupaciones entre los jóvenes es un fenómeno generalizado en la región. Sin embargo, durante la fase de recuperación, estos regresaron al empleo de manera más rápida que los adultos.
Finalmente, se destaca también que el 49% de los empleos recuperados hasta ahora son informales, lo que no mejora las condiciones de los trabajadores.
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