La plastilina para muchos podría ser solo un medio de distracción y en efecto lo es, pero para Raúl Vásquez, plastilinero por excelencia, es una forma de cambiar el mundo, llegando a niños y padres de familia, donde demuestra que con algo tan básico se puede ser feliz. Conoce un poco más sobre él y su arte en la siguiente nota.
La carrera de un artista se marca por su día a día, ¿qué desafíos presentó para usted el tiempo en confinamiento en cuanto a sus proyectos?
Fue un desafío enorme. Tuve que cerrar mis talleres e irme al mundo digital. Me costó mucho, pero he aprendido de los niños y adultos artistas que llegan. Creo que si la vida te da limones debes hacer limonada, es por ello, que ahora estoy preparando un curso online para los distintos niveles. La experiencia sin duda creo que nos avala. Hace poco, en la feria del libro, esperábamos pocas personas y resultó todo lo contrario, sin duda alguna podemos con todo.
¿Hubo algo que aprendió mientras buscaba la manera de realzar tus proyectos?
Yo siempre he buscado rescatar los espacios lúdicos, escapar un poco de la tecnología; sin embargo, había que usarla a favor y darnos cuenta que es una herramienta valiosa. Otra cosa es realzar mi canal de You Tube que se encontraba un poco descuidado. también llevar un ritmo más acelerado para editar mis videos y tener buen contenido. En el mismo ámbito he podido tener un alcance mayor, cuento con seguidores en Europa y África lo cual me parece fantástico. Siento que hasta reactivo mi lado social.
¿Cuándo se convirtió en plastilinero?
Lo soy desde los 3 años cuando mi profesora llegó al aula con barritas mágicas, inclusive dudaba de ello, pero a medida que crecí mi padre me recordó que yo tenía el sueño de cambiar el mundo con esas famosas barritas mágicas. Desde el 2012 exactamente yo me dedico a los talleres y llegar a más personas. Un artífice principal de todo esto es mi hijo, a quien pude dar una terapia desde la plastilina para más tarde ayudar a otros, creo que si no hubiera sido por él jamás hubiera emprendido.
¿Qué logros has tenido en todo ese tiempo?
Pude conocer a mucha personas del medio por imitarlos en plastilina. Un día hice a Gonzalete de “Pataclaun” y Gonzalo Torres me invitó a la radio para hablar un poco de mi trabajo. Así como el varios más me llamaron. Pero sin duda, el que más recuerdo fue el saludo del ex luchador Hulk Hogan, a quien también moldeé en plastilina, del cual mandé un pequeño mensaje dedicándole su figura de acción. Al cabo de media hora no me respondió el manager, sino él mismo agradeciéndome por la excelente labor, hasta el día de hoy no puedo creerlo. Desde allí muchos diarios digitales, realizadores de eventos y canales nacionales se interesaron por mí y he podido contar mi experiencia.
¿Una anécdota graciosa?
Un día la cadena Telemundo me llamó y yo pensé que se trataba de una broma, porque tenía muchos amigos que me mercaban imitando un dejo americano para pedirme alguna figura plástica. Fue así que un día ocurrió lo mismo, pero curiosamente miré el número telefónico y era un número de Estados Unidos, desde ahora ya miro de dónde es el número. Me sorprendió mucho cómo llegaron a saber de mí, y la razón fue Hulk (Hogan) quien les había dicho semanas atrás que uno de los mejores regalos por parte de sus fans fue el mensaje que le dediqué.
¿Qué consejo le darías a los artistas de hoy que ven el panorama no tan favorable?
Decirles que si antes era difícil ahora es más difícil, pero yo siempre digo que la plastilina se escribe con 3Ps: paciencia, poder y perseverancia. Si algún artista quiere vivir de su arte debe tener muchas salidas para introducir su arte. Yo he sufrido bajas de alumnos en algunas temporadas del año, pero fuera de los talleres trabajaba para moldear figura en pastelerías, hacía figuras personalizadas, me presentaba en cuenta cuentos con plastilina y ahora llevando la plastilina por “Zoom”. Siempre hay que ser creativos para llegar a más escenarios.