«Desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo«. Todos hemos escuchado este popular refrán en algún momento de nuestras vidas. Lo que trata de explicar este famoso dicho es que se debería consumir más cantidad de alimentos durante el desayuno y disminuirlo durante el resto de las comidas del día. Pero ¿es en realidad el desayuno la comida más importante del día y será desayunar la opción más saludable?
La definición con la que la mayoría de investigadores concuerdan y la más fácil de entender respecto al desayuno es la siguiente: «la comida que rompe el ayuno». Cuando ayunamos, nuestro cuerpo está en un estado fisiológico de sobrevivencia y empezamos a usar reservas energéticas. La principal reserva, la glucosa, se almacena en el hígado en forma de glucógeno para que el organismo pueda seguir con sus funciones vitales. Cuando el ayuno se rompe, estamos dándole al cuerpo esa energía y nutrientes que son esenciales para funcionar de manera adecuada durante el día.
El desayuno debe aportar entre el 25 % y el 30 % de la energía diaria, por lo tanto, es el sustento prioritario del día; más importante que el almuerzo y la cena. Sin embargo, esto no quiere decir que hay que descuidar la calidad de los alimentos que se consumen en la mañana. Siempre hay que considerar desayunar de una manera balanceada, incluyendo varios grupos alimenticios como lácteos, cereales, frutas, vegetales, grasas y proteínas; no solo en el desayuno, sino también en el resto de las comidas.
Según el artículo científico The Role of Breakfast in Health: Definition and Criteria for a Quality Breakfast, desayunar trae múltiples beneficios nutricionales, funcionales y metabólicos. Numerosos estudios demuestran que el consumo del desayuno brinda la oportunidad de mejorar la ingesta general de nutrientes durante el día. Dichos estudios demuestran que las personas que desayunan todos los días poseen una ingesta consistente de la mayoría de los nutrientes esenciales como calcio, potasio, fibra dietética, folato, hierro y vitamina B12. Además, otros efectos positivos se añaden, como el control de peso y apetito, el equilibrio metabólico y el mejoramiento de las funciones cognitivas.
Ergo, podemos confirmar la importancia del desayuno y todos los beneficios que este implica, sin poner por encima la cantidad sobre la calidad de sus alimentos. Ahora que ya lo sabes, te invito a que trates de desayunar bien. Una buena dieta, una buena higiene del sueño y el ejercicio pueden hacer al humano más «humano».