La nueva primer ministra británica, Liz Truss, había presentado ante el Parlamento un plan para revitalizar la economía de Reino Unido. La sucesora de Boris Johnson afirmaba tener la clave para darle vuelta al antiguo modelo económico. Modelo que Reino Unido y el partido conservador vienen utilizando desde hace décadas.
Liz Truss junto a su excanciller de la Hacienda, Kwasi Kwarteng, habían diseñado un plan de reforma económica. El plan consistía en recortes de impuestos, supresión de regulaciones y gasto público para reactivar su economía. La primera ministra afirma que el objetivo principal del plan es acabar con las políticas de la redistribución para centrarse de lleno en la producción y productividad.
La temprana cancelación del Plan de Truss
Liz Truss llevaba desarrollando y planteando estas ideas desde hace mucho tiempo. Truss fue coautora junto con Kwarteng del libro «Britannia Unchained» donde se exponían y desglosaban varías de sus ideas de reforma económica para Reino Unido. Ahora que se ha hecho del poder, está dispuesta a poner estás ideas en marcha y el plan adelante.
El plan de Truss mostraba muchos matices a la era Thatcher, siendo esta una gran inspiración para sus ideas y desarrollo como Primer Ministra.
El plan consistiría en hacer el mayor recorte de impuestos desde 1972. Lo cual implicaba varias medidas como la reversión del aumento de los impuestos sobre beneficios para dejarlo en un aproximado de 19%. Además, la reducción en un punto del impuesto a la renta; la reducción de los impuestos sobre el capital; la reducción de las cotizaciones al seguro y la congelación de los impuestos especiales.
Esto no suponía un cambio radical, pero sí suponía muchos pequeños cambios y ajustes que supondrán el mayor recorte de impuestos llevado a cabo por un gobierno británico en las últimas cinco décadas. Asimismo, este también se había comprometido a cambiar las regulaciones. Algo que ya han comenzado a hacer al suspender los límites legales que existían sobre los bonus del sector financiero impuesto por la Unión Europea en el año 2004.
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Además, el Gobierno de Reino Unido ha anunciado la creación de zonas económicas especiales a lo largo del país, zonas que cuentan con ventajas fiscales y regulatorias, con el principal objetivo de hacer crecer la inversión empresarial.
Todo esto cambió con la llegada de Jeremy Hunt como nuevo canciller de la Hacienda. Hunt asume el puesto luego de la destitución de Kwarteng el 14 de octubre poniendo el plan económico de Liz Truss en peligro. El canciller anunció una aproximada total reestructuración de las medidas que había aplicado su predecesor, suprimiendo «casi todas las medidas fiscales» previamente comunicadas por Truss.
«La pesadilla del Brexit»
El sueño dorado del Brexit consistía en que con la aplicación de políticas de oferta, la economía británica vuelva a crecer. Pero con las medidas de Hunt, el sueño del Brexit de Truss se convirtió en una pesadilla, poniendo en limbo su gobierno. Hunt busca brindar estabilidad a la economía británica, lo que él considera como una «decisión salvavidas». El canciller explicó que «ningún gobierno puede controlar los mercados, pero todos los gobiernos pueden ofrecer certidumbre sobre la sostenibilidad de las cuentas públicas».
Los principales revisiones de Hunt son: No rebajar de impuestos a empresas; no rebajar de impuestos a dividendos; no rebajar de tasa impositiva mínima; no compras libres de impuestos para turistas.