Tras un operativo en el estado de Chiapas, en el sur de México, se rescató a un total de 23 menores de edad (entre ellos infantes) de una red de trata de personas en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas. El hallazgo, tuvo lugar cuando la policía buscaba a Dylan Esaú Gómez Pérez, un niño de dos años que fue secuestrado el último 30 de junio en un mercado donde la madre trabajaba.
Los niños fueron liberados, sin embargo, el menor que impulsó la investigación preliminar no fue encontrado. En conformidad con los videos que las autoridades locales recepcionaron, la madre de Dylan explicó que una niña se llevó a su hijo con engaños mientras ella estaba trabajando.
La Fiscalía mexicana le precisó a los medios que entre los menores rescatados habían dos infantes que no superaban el año de edad, y niños entre los 2 y 15 años. Según los informes, los niños secuestrados presentaban señales de maltrato físico y psicológico. Eran forzados a vender bartatíjas y artesanías en el centro de la ciudad y mostraban signos de desnutrición, el lugar donde vivían era de condiciones paupérrimas. Las tres mujeres que fueron detenidas durante el operativo, confesaron que mantenían a los infantes en esa casa.
Las autoridades aun buscan a las demás personas responsables de los secuestros, la Fiscalía de Chiapas estableció una recompensa de 26,800 dólares para quien proporcione información sobre una mujer, identificada como Ofelia, quien es sospechosa del secuestro de Dylan. Tanto Ofelia como las otras tres mujeres detenidas, se enfrentan a cargos por tráfico de personas y trabajos forzosos.
Según un informe de la OIT y la CEPAL, la crisis económica provocada por la pandemia de la COVID-19 generará un aumento sustancial del trabajo infantil en Latinoamérica. Debido a la incertidumbre en las posibilidades laborales, un porcentaje considerable encontrará en el trabajo infantil una forma de producir ingresos. El informe señala que uno de los factores principales para recurrir a este delito es la inseguridad económica en el hogar, por el trabajo informal, donde la esfera de protección social es ínfima y los contratos laborales no existen. El reporte señala que por la coyuntura «al menos entre 109,000 y 326,000 niños, niñas y adolescentes podrían ingresar al mercado de trabajo sumándose a los 10.5 millones que ya están en situación del trabajo infantil actualmente».