Este sábado, 38 000 manifestantes marcharon en las calles de Berlín e intentaron tomar el parlamento alemán en pleno confinamiento social por la pandemia. La protesta realizada por muchos simpatizantes de la extrema derecha radical había sido vetada por el gobierno.
A pesar de la negativa de algunas instituciones, el evento fue autorizado con la condición de que se respete el aislamiento social, el uso de mascarilla, y que se organice de manera pacífica.
La reacción del poder político alemán fue de indignación, al conocerse los incidentes ocurridos durante las protestas en Berlín. Los oficiales alemanes utilizaron gas pimienta para dispersar a las personas que lanzaban botellas. Alrededor de 300 personas fueron detenidas. Algunos manifestantes mostraban banderas con símbolos nazis y anticonstitucionales del antiguo Reich.
Políticos disgustados se expresaron sobre los disturbios ocasionados por los protestantes en Reichstag.
«El edificio del Reichstag es el centro simbólico de nuestra democracia. Es intolerable que lo usen extremistas caóticos para sus fines», expresó el ministro del Interior, Horst Seehofer, en declaraciones al dominical del popular diario Bild.
«Es una vergüenza ver banderas del Reich ante nuestro Parlamento», declaró el titular de Exteriores, Heiko Maas, a través de su cuenta en twitter.
Los organizadores de las protestas habían anunciado días antes por las redes sociales que el parlamento alemán iba a ser invadido, si no eliminaban las restricciones impuestas por la covid-19. Ante el anuncio las autoridades se desplazaron para cubrir el parlamento ante la llegada de los manifestantes. Entre la marcha se encontraba la «conspiracionista» Attila Hildman, quien motivaba a las masas alzar la voz de protesta. En otros puntos se observaba eslóganes y banderas vinculados a la teoría conspirativa Qanon.
Desde julio se viene realizando convocatorias masivas con el fin de erradicar las restricciones en distintas partes de Alemania. El motivo de las protestas es porque los ciudadanos alemanes consideran que vulneran sus derechos de libertad y movimientos.
Alemania conserva una baja tasa de mortalidad. Entre las medidas utilizadas por el pueblo alemán, está el uso obligatorio de mascarillas faciales a nivel nacional. El incumplimiento de la medida impuesta supone el pago de una multa de US$60 aproximadamente.