El papa Francisco expresó hoy su fuerte desaprobación hacia la maternidad subrogada, calificándola como «deplorable» y haciendo un llamado a la comunidad internacional para que prohíba esta práctica de manera universal. Estas declaraciones fueron parte de su discurso anual ante el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede para marcar el inicio del nuevo año.
En sus palabras, el pontífice destacó la importancia del respeto por la vida, especialmente la vida humana desde su concepción, enfatizando que el no nacido no debe ser tratado como un producto comercial ni su existencia ser suprimida. Expresó su consternación por la práctica de la maternidad subrogada, que considera no solo ofensiva para la dignidad de la mujer y del niño, sino también basada en la explotación de la situación de necesidad material de la madre.
Francisco subrayó que un hijo es siempre un regalo y nunca debe ser considerado como objeto de un contrato. Hizo un llamado apasionado a la comunidad internacional para que se comprometa a prohibir de manera universal la maternidad subrogada.
Además, el papa lamentó la persistente difusión de lo que él describió como una «cultura de la muerte» en Occidente, donde, en nombre de una falsa compasión, se descartan a los niños, los ancianos y los enfermos. También criticó enérgicamente la teoría de género, calificándola como «extremadamente peligrosa» y señalando que los intentos de introducir nuevos derechos en las últimas décadas han llevado a colonizaciones ideológicas que generan divisiones en lugar de contribuir a la construcción de la paz entre los Estados.