Este viernes, Irina Slavina, editora de un portal independiente de noticias, falleció tras prenderse fuego después de una batida policial. Según su página web, era investigada por las autoridades debido a que presuntamente formaba parte de un grupo de oposición política. Koza Press, el medio de noticias en el que trabajaba, informó que ella se prendió fuego delante del cuartel general de la policía.
El jueves, Slavina dio a conocer en sus redes sociales que la policía y un grupo de agentes federales ingresaron a su domicilio buscando pruebas que la vinculen al movimiento político de oposición pro-democracia, Open Russia. En el operativo, que también se realizó en las casas de otras seis personas, las fuerzas armadas confiscaron memorias USB, los celulares de ella y de su esposo, así como su computadora y la de su hija.
Horas antes de su muerte, la periodista publicó en Facebook lo siguiente: “Les pido que culpen de mi muerte a la Federación Rusa”. En redes sociales, se dio a conocer un video que supuestamente mostraría los últimos momentos en los que ella estaba con vida, donde se puede ver cómo un joven intenta apagar con su abrigo el fuego que la cubría.
Según el Comité de Investigación ruso, ella no estaba siendo acusada en una investigación penal, solo era un testigo del caso del “Monstruo del espaguetti volador”, caso referido a un empresario que había facilitado el uso de sus propiedades a grupos políticos de oposición vinculados a Open Russia. Natalia Gryaznevich, ayudante del fundador de ese movimiento, le comentó a la BBC que Slavina asistió como periodista a uno de estos eventos en 2019, y que no formaba parte de la agrupación. «Sé que fue acosada, detenida, multada todo el tiempo. Era una mujer muy activa», señaló.
Se sabe que Slavina realizaba continuas investigaciones a las autoridades locales. El lema de la empresa, en la que era jefe editorial, estaba basado en el análisis sin censura de las noticias. Incluso, el año pasado, había recibido una multa por “faltar el respeto a las autoridades” en uno de los artículos que publicó. También fue acusada y multada por supuestamente difundir noticias falsas. En los últimos años, el Kremlin ha aprobado varias normativas más severas sobre la prensa digital, señalando que la legislación es necesaria para mejorar la ciberseguridad.
Periodistas y activistas defensores de los derechos humanos han dado a conocer su indignación por el suceso, y han enviado por redes sociales mensajes en homenaje a la vida de Irina Slavina. La noticia de su fallecimiento conmovió a los ciudadanos. Decenas de personas se reunieron frente al edificio del Ministerio del Interior, donde se quitó la vida.