El pasado lunes 23 de enero, el diario especializado Financial Times publicó una nota respecto a la propuesta de la creación de una moneda común en Sudamérica. Este proyecto, el cual incluiría en una primera etapa a Brasil y Argentina, posteriormente invitará a las demás naciones de la región, representando así la segunda unidad monetaria de este tipo, tras el Euro. Sin embargo, en pocos días, en proyecto ha sido blanco de críticas, principalmente ligadas a una sospechada inviabilidad sobre su implementación.
La integración monetaria de Sudamérica
La propuesta de la creación de una moneda común no es nueva. En el 2019, los mandatarios de los países en mención de aquel entonces, Mauricio Macri y Jair Bolsonaro, tuvieron conversaciones sobre la creación de esta. Estas conversaciones, a su vez, fueron complementadas por las reuniones de ambos ministros de Hacienda en las reuniones anuales del FMI y el Banco Mundial de aquel año. Si bien aquella vez no se discutió un cronograma para la implementación, el proyecto fue presentado por ambos gobiernos a los sectores empresariales de ambos países.
Sin embargo, el debate de esta propuesta parece haberse intensificado. Según lo presentado por Financial Times, el proyecto, denominado como «Sur», tendría la intensión de aumentar el comercio intrarregional y de reducir la dependencia sobre el Dólar estadounidense.
Si bien el ministro de Hacienda Brasileño, Fernando Haddad, ha negado la existencia de este proyecto, su contraparte rioplatense, Sergio Massa, reveló que el proyecto existe. Vale la pena mencionar que, de todas formas, ambas partes reconocerían esto como «el primer paso» de un largo proceso. Entre los primeros pasos factibles, se discute el fortalecimiento de las divisas locales, y con el paso del tiempo, la invitación al proyecto de otras economías sudamericanas.
LEER TAMBIÉN: ¿Solo sí es sí? La ley que pone en riesgo el Estado de Derecho, por Valeria Bravo y Soledad Castillo
Dudas por doquier
Si bien el proyecto no ha sido declarado masivamente como inviable, ha generado muchas dudas entre los especialistas. Un caso interesante es el de Mario Marcel, actual ministro de Hacienda de Chile. Marcel, antes de abalanzarse a definir una posición, comentó que se debe saber más al respecto de lo que el proyecto realmente intenta lograr. También comentó que en el mundo no sobran experiencias similares de las cuales aprender. El caso puntual al que Marcel se refiere es el del Euro, el cual fue el producto final de largos años de preparaciones. Estas incluyeron la integración comercial, aduanera y finalmente la monetaria. Esto último siendo acompañado de un banco central común.
Sin embargo, otros comentarios más fuertes se han hecho públicos también. Estos principalmente relacionados para que el proyecto funcione, ambas economías deben encontrarse no solo sólidas, pero en una situación parecida. Brasil, por un lado, tiene una política monetaria sólida. Esto le ha permitido al gigante lusófono poder, entre otras cosas, evitar caer en una crisis inflacionaria grande.
Caso contrario a esto se ve en Argentina, donde se ha visto un incremento en este índice cercano al 100%. Este simple, pero significativo elemento ha llevado incluso a pensar que el Sur no llegaría a existir, ya que Brasil podría poner en serio riesgo su solidez monetaria si es que su vecino austral no soluciona su crisis inflacionaria primero. Algunos especialistas incluso opinan que, de darse el proyecto, su uso solo sería viable para comercio internacional, mientras el Real y el Peso corren paralelamente.