El 9 de octubre de 2024, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, lanzó una nueva sección titulada «Detector de Mentiras» durante sus conferencias matutinas. Esta iniciativa busca combatir la desinformación que rodea al gobierno y los temas de interés público, en un momento en el que la desinformación ha sido señalada como una amenaza para la democracia, especialmente en este año electoral.
Declaraciones de Claudia Sheinbaum
El «Detector de Mentiras» estará dirigido por el periodista Miguel Ángel Elorza, coordinador de Infodemia, quien ha señalado que la desinformación es «la principal amenaza a la democracia moderna». Elorza también destacó que la iniciativa pretende proteger el diálogo público y mejorar la transparencia gubernamental.
Sheinbaum destacó que la desinformación no solo afecta la percepción pública sobre el gobierno, sino que también socava el debate democrático. En sus palabras, «la primera amenaza a la democracia es la desinformación y su rostro más duro es la infodemia». Esta afirmación resuena con el término acuñado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se refiere a la difusión intencionada de información falsa para manipular la opinión pública.
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Objetivos del «Detector de Mentiras»
La idea tiene como objetivos principales la identificación de noticias falsas, presentando cada semana casos de desinformación que circulen en medios y redes sociales; la participación ciudadana mediante un canal que permita a los ciudadanos reportar noticias falsas; y la educación mediática, con el fin de aumentar la alfabetización en este ámbito y ayudar a la población a discernir entre información veraz y engañosa.
En su primera edición, se abordaron varias noticias falsas, como la supuesta negativa del gobierno a proteger al alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, quien fue hallado muerto. También se desmintió que el gobierno mexicano hubiera negado fondos para las víctimas del huracán Otis.
Un contexto de violencia
El «Detector de Mentiras» se lanza en un entorno marcado por la violencia contra periodistas en México. Según la organización Artículo 19, durante el mandato de López Obrador fueron asesinados 47 periodistas, lo que plantea interrogantes sobre cómo Sheinbaum manejará su relación con los medios. Además, el uso de tecnologías como la inteligencia artificial para generar contenido engañoso, como los deepfakes, representa otro desafío significativo para la nueva iniciativa. Algunos analistas ven esta iniciativa como un paso positivo hacia la transparencia gubernamental, mientras que otros dudan de su capacidad para reducir la propagación de noticias falsas.
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Estructura y funcionamiento
Elorza será el encargado de liderar esta sección, que permitirá la participación ciudadana a través del correo electrónico [email protected]. El equipo analizará tanto medios tradicionales como redes sociales, desmintiendo noticias falsas mediante una metodología inclusiva.
Durante su primera edición, se abordaron casos de desinformación como la seguridad del alcalde Alejandro Arcos y los fideicomisos del FONDEN, donde se aclaró que los fondos no utilizados deben ser devueltos a la Tesorería.
Riesgos de politización del Detector de Mentiras
México es uno de los países más peligrosos para el periodismo, lo que añade una capa de complejidad al lanzamiento del «Detector de Mentiras». Las agresiones y asesinatos de periodistas, así como el uso de tecnologías avanzadas para difundir desinformación, son desafíos que esta iniciativa deberá enfrentar.
El uso del «Detector de Mentiras» podría estar condicionado por la forma en que el gobierno clasifique las noticias como falsas, lo que plantea preocupaciones sobre su posible instrumentalización política. Existe el riesgo de que esta herramienta se convierta en un mecanismo parcial, utilizado para defender intereses propios y, en última instancia, para politizar la verdad. Tal enfoque podría derivar en la ocultación de información relevante, minando la credibilidad del detector y generando desconfianza entre los ciudadanos, quienes podrían percibirlo como una estrategia para silenciar voces disidentes y controlar el discurso público.