Este miércoles, durante su tercer informe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) anunció que presentará una reforma constitucional para revertir las «privatizaciones» en el sector eléctrico. La decisión se debería a que sus leyes para dar prioridad a las energéticas públicas, CFE y Pemex, se encuentran encalladas ante los tribunales por compañías privadas.
Al iniciar su discurso, el mandatario aseguró que la transformación está en marcha y que ha decidido parar en seco la tendencia privatizadora.
«En cuanto a la industria eléctrica, este mes voy a enviar al Congreso una iniciativa de reforma constitucional que permita reparar el grave daño que causó la privatización al sector público».
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México
El presidente denunció que sus antecesores abrieron el mercado eléctrico para dar preferencia a empresas particulares, nacionales y extranjeras, con la entrega de subsidios. Ello en referencia a la decisión de Enrique Peña de abrir el sector a las empresas privadas.
En esa línea, reprochó el abandono de las plantas de la energética pública Comisión Federal de Electricidad (CFE). Por ello, anunció que su mandato modernizará las plantas hidroeléctricas para reducir el uso de combustóleo y carbón.
«En pocas palabras, la meta es que tengamos abasto público frecuente de energía eléctrica, que no haya apagones y que los consumidores paguen la luz con tarifas más elevadas que las corporaciones empresariales».
Andrés Manuel López Obrador
AMLO contra la privatización
Durante la presentación de su tercer informe, el mandatario presumió que su gestión no entrega concesiones nuevas a particulares. Particularmente en minas, agua, hospitales, puertos, vías férreas, reclusorios, u otras obras públicas.
Igualmente, mencionó que lo más importante es que han detenido la privatización en el sector energético. López Obrador recordó que quiere dejar de importar gasolinas y, por ello, modernizó las seis refinerías existentes en el país. Además, informó que se está construyendo la refinería de Dos Bocas (Tabasco) y que compró la totalidad de la planta Deer Park (Texas, Estados Unidos).
Relación con España
A pesar de los repetidos ataques verbales del presidente mexicano a España y de algunas decisiones en política económica —como la reforma eléctrica— que han creado incertidumbre y malestar en las firmas españolas, la relación económica e inversora entre ambos países parece ir mejor que nunca. España se refuerza como segundo mayor inversor foráneo, al tiempo que crece cada año la llegada a México.
En el primer semestre de 2021, España se consolidó como segundo mayor inversor extranjero de México, con un 9,1 % (1 680 millones de dólares) del total recibido, según la Cámara Española de Comercio (Camescom) en México, para la que “ante la coyuntura actual y a poco más de un año de la pandemia generada por la COVID-19, la inversión española retiene su posición en el país”.
España se ha convertido para el país azteca, desde la firma del Tratado de Libre Comercio UE-México, en la puerta de entrada a Europa.
El atractivo para el sector energético español ha caído en los últimos meses, víctima de las medidas adoptadas por AMLO para centralizar el control de la energía en firmas estatales y limitar la participación privada. Iberdrola, principal generadora eléctrica privada del país y atacada por el presidente, anunció meses atrás que descartaba nuevas inversiones hasta que se aclare el marco regulatorio.
La contestada reforma eléctrica está atascada en la justicia. En marzo, un juez federal emitió una sentencia contra una reforma a la Ley de la Industria Eléctrica que favorece a la pública Comisión Federal de Electricidad (CFE) en detrimento de las energías limpias y el sector privado. Además, en mayo otros dos jueces fallaron de igual modo al considerarla ‘expropiatoria’. Sin embargo, en julio un tribunal ordenó revocar la suspensión definitiva.