El 10 de enero de 2025, Nicolás Maduro se invistió a sí mismo para un tercer mandato presidencial en Venezuela, extendiendo su control sobre el país hasta 2031. La ceremonia, llevada a cabo en la sede de la Asamblea Nacional, dominada por el chavismo, se desarrolló bajo un clima de alta tensión política y protestas.
Desde antes de las últimas elecciones, Maduro ha sido considerado un dictador, y este acto de toma de posesión no hizo más que reafirmar esa percepción. La oposición venezolana y gran parte de la comunidad internacional sostienen que el candidato opositor, Edmundo González Urrutia, fue el verdadero ganador de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024, las cuales están plagadas de acusaciones de fraude.
Elecciones marcadas por la ilegitimidad
Las elecciones de 2024 estuvieron viciadas por la controversia desde su inicio. Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), una institución controlada por Maduro, este obtuvo el 51.2% de los votos frente al 44.2% de González. Sin embargo, la oposición presentó pruebas contundentes, incluyendo sus propias actas electorales, que indican que González habría ganado con un abrumador 67% de los votos. Las denuncias de irregularidades y manipulación en el proceso electoral no hicieron más que confirmar el carácter fraudulento de los comicios, consolidando la imagen de Maduro como un líder que se aferra al poder a toda costa.
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Una investidura ilegítima
La ceremonia de investidura fue una clara muestra de la naturaleza autoritaria del régimen de Maduro. Con un notable retraso y en un ambiente fuertemente militarizado, Maduro llegó acompañado de su esposa, Cilia Flores, y otros funcionarios, incluyendo a Delcy Rodríguez y Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional.
La notable ausencia de líderes internacionales, con la excepción de los dictadores Miguel Díaz-Canel de Cuba y Daniel Ortega de Nicaragua, evidenció el aislamiento internacional del régimen. La transmisión en vivo del evento estuvo marcada por una excesiva presencia militar, con sistemas antiaéreos desplegados, demostrando el temor de Maduro a las protestas y el descontento popular.
La oposición no se rinde ante la dictadura
Los líderes opositores han denunciado el acto como un «golpe de Estado» y han convocado a movilizaciones masivas para reivindicar lo que consideran una victoria electoral legítima. Tras la fraudulenta juramentación de Maduro, González denunció el acto como un «golpe de Estado».
En un mensaje publicado en redes sociales, acusó a Maduro de «violentarse la Constitución» y «autocoronarse dictador». González afirmó que su equipo sigue trabajando para «preparar las condiciones» para su regreso a Venezuela y asumir la presidencia, como lo estipula la Constitución y el mandato popular. Enfatizó que representa la voluntad de «casi ocho millones de venezolanos» y ordenó al Ejército desconocer las órdenes del régimen ilegítimo de Maduro. También señaló que la situación actual en Venezuela es crítica y que el régimen está más aislado que nunca.
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María Corina Machado: La lucha en las calles
María Corina Machado, otra figura clave de la oposición, ha llamado incansablemente a la población a manifestarse contra el régimen. El 9 de enero de 2025, la líder opositora María Corina Machado fue retenida brevemente tras una protesta en Caracas, un día antes de la investidura de Nicolás Maduro. Su equipo denunció que fue interceptada violentamente y que hubo disparos, resultando un ciudadano herido.
Al día siguiente, el 10 de enero, Machado realizó declaraciones significativas: denunció que durante su retención fue forzada a grabar un video. Relató que un miembro de su equipo resultó herido de bala durante su detención, un incidente calificado como «secuestro» por la oposición y desmentido por el gobierno. Mencionó que le pidió a Edmundo González que no vaya a Venezuela el viernes, hasta que sea seguro, debido a que su integridad corría riesgo; también acusó a Maduro de consolidar un «golpe de Estado» al ser juramentado para un tercer mandato, describiéndolo como un acto que pisotea los derechos de los venezolanos.
Condena internacional al régimen
La comunidad internacional, en su mayoría, ha rechazado la toma de posesión de Maduro. Gobiernos y organismos como Estados Unidos y la Unión Europea condenaron el acto y anunciaron nuevas sanciones contra el régimen venezolano.
Estados Unidos incrementó la recompensa por la captura de Nicolás Maduro de 15 a 25 millones de dólares tras su juramentación para un nuevo mandato, considerada fraudulenta por muchos. Esta medida, parte de una serie de sanciones de la administración Biden que también afectan a otros altos funcionarios como Diosdado Cabello y Vladimir Padrino, busca intensificar la presión internacional sobre el régimen venezolano. El aumento de la recompensa pretende aislar aún más a Maduro, dificultando su capacidad para operar y recibir apoyo.
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El plan de Erik Prince: Una sombra de intervencionismo
Erik Prince, exmilitar estadounidense y fundador de la controvertida empresa de seguridad privada Blackwater, ha añadido un elemento más de inestabilidad a la crisis venezolana. A través de una campaña denominada «Ya Casi Venezuela», Prince ha recaudado fondos con el objetivo de financiar acciones que buscan «restaurar la democracia» en el país. Esta iniciativa ha generado un gran revuelo y ha sido objeto de críticas y sospechas tanto dentro como fuera de Venezuela.
La campaña lanzada en septiembre de 2024, busca reunir 10 millones de dólares para financiar operaciones que, según Prince, podrían incluir desde acciones militares hasta estrategias de guerra asimétrica. En sus declaraciones, Prince ha instado a los venezolanos y a la comunidad internacional a «votar con dólares» para apoyar su causa.
La noche del viernes 10 de enero, en su cuenta oficial de X, «Ya Casi Venezuela» publicó un mensaje instando a los venezolanos a tener paciencia y fe, asegurando que «lo que va a pasar VA A PASAR» y que existe un plan en marcha que debe seguirse a cabalidad para garantizar el éxito. Afirman que los eventos actuales se están desarrollando según lo previsto y piden confianza en que no defraudarán a quienes esperan un cambio en Venezuela.
Gonzáles Urrutia a la espera de condiciones seguras
Edmundo González ha reiterado su intención de regresar a Venezuela cuando las condiciones sean seguras, mientras que Machado ha enfatizado que su integridad es crucial para continuar con la lucha por la democracia. La enigmática campaña «Ya Casi Venezuela», liderada por Erik Prince, añade un elemento de incertidumbre, prometiendo acciones inminentes para un cambio de régimen, aunque sin especificar detalles. La situación en Venezuela se mantiene crítica, con un futuro incierto y la esperanza de cambio latente en una parte significativa de la población.