Este miércoles, Linda Thomas-Greenfield, escogida por el presidente Biden como embajadora de la ONU, causó polémica durante su audiencia de confirmación. En la misma, afirmó que en su puesto haría frente a la “agenda autoritaria” del país asiático.
“Sabemos que China trabaja dentro de la ONU para implementar una agenda autoritaria. Esta, es opuesta a los valores fundamentales de la institución. Su éxito depende de nuestra retirada continua. Ello no sucederá bajo mi guardia.”, afirmó Thomas-Greenfield.
Recordemos que las relaciones entre ambas naciones experimentan una continua tensión desde la anterior administración. Esto, debido a una serie de medidas drásticas tomadas durante el gobierno de Donald Trump. Como se recuerda, el exmandatario retiró a los EEUU de la OMS, del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y de la Agencia de Refugiados Palestinos de la ONU.
En esa línea, la actual administración ha decidido reintegrar al país al organismo multilateral. Al respecto, Thomas-Greenfield declaró: “Cuando EEUU aparece somos consistentes, persistentes y ejercemos nuestra influencia de acuerdo a nuestros valores. La ONU puede ser una institución fundamental para promover la paz, seguridad y bienestar colectivo. Pero, si por el contrario, decidimos retirarnos de la mesa y dejar que otros llenen ese vacío, la comunidad internacional sufre y también lo hace América.”
Asimismo, el Senado la cuestionó por unas declaraciones que dio en el año 2019. En la misma, había señalado que la influencia de China en el continente africano era algo bueno y positivo para el desarrollo. Sin embargo, durante su última audiencia, aclaró y afirmó que retiraba sus comentarios y que su opinión había cambiado.
Por otro lado, la comunidad internacional esperaba que las tensiones entre los países se calmasen. Sin embargo, las acusaciones sobre violación de DDHH que se le hacen a China obligan a EEUU a tomar distancia.