Hoy, Corea del Sur y del Norte retomaron la comunicación telefónica después de trece meses distanciados. La incomunicación inició el 9 de junio de 2020 debido a que Pionyang, capital de Corea del Norte, la cortó como protesta ante el envío de propaganda contraria al régimen. Finalmente, las negociaciones iniciadas en abril concretaron restablecer el nexo entre ambos líderes.
La noticia divulgada por la KCNA aseguró que «actualmente, toda la nación coreana desea ver la relación Norte-Sur recuperarse de los retrocesos y el estancamiento». Además, se espera que este hecho tenga efectos positivos en la mejora y desarrollo de los países vecinos.
13 meses de silencio
Es posible decir que las dos Coreas siguen en guerra, ya que firmaron un armisticio y no un tratado de paz al acabar la Guerra de Corea.
El actual conflicto – que derivó en el corte de vínculos – inició cuando Corea del Norte alegó que Seúl no había hecho lo suficiente para evitar el envío de propaganda contraria al régimen mediante globos desde su territorio. Tras la acusación, Pionyang destruyó el edificio de la oficina de enlace entre ambos países en su territorio, situada desde 2018 en la ciudad fronteriza de Kaesong.
Lo que también profundizó las tensiones fue el fracaso de la cumbre sobre desnuclearización entre Corea del Norte y Estados Unidos en febrero de 2019. Sin embargo, estas conversaciones sobre desarme podrían relanzarse a partir de ahora.
¿Por qué Corea del Norte retoma el diálogo?
Una de las razones por las que el régimen de Kim Jong-un, presidente de Corea del Norte, apuesta por el diálogo es por la profundización de la «crisis alimentaria» tras dos semanas con una fuerte ola de calor.
Además, las nefastas consecuencias de la pandemia fuerzan a Pionyang a intentar retomar el multilateralismo. El país ha pasado más de un año en aislamiento extremo para combatir los contagios de coronavirus. El país no ha notificado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni una sola infección por coronavirus. Sin embargo, expertos señalan que su extensa frontera con China y la debilidad de su sistema sanitario, son una alarma.
El régimen ha calificado a la lucha contra el COVID-19 como una «cuestión de existencia nacional» y prohibió la entrada de turistas desde enero de 2020. Se ha aislado a los diplomáticos acreditados en el país, y se ha restringido el comercio y el tránsito con China. En la misma línea, los deportistas nacionales no han podido participar de los Juegos Olímpicos de Tokio.
A la problemática sanitaria, se suma la crisis económica debido a las restricciones y bloqueos a los intercambios comerciales. Según el Daily NK, se han dado peligrosas fluctuaciones en los tipos de cambio y los precios de los alimentos. Desde el comienzo de la pandemia, el won norcoreano se ha depreciado un 30 % frente al dólar estadounidense, y un 40 % frente al renminbi chino. Esto implica que el precio de los alimentos se han multiplicado entre tres a diez veces.
En los nueve años y medio de Gobierno del régimen, la economía norcoreana nunca había tenido que enfrentarse a tales dificultades. Por ello, se espera conseguir mayor equilibrio y estabilidad en distintos ámbitos a partir de la comunicación con el vecino del sur.