Hoy, 20 de enero, Joe Biden tomó posesión del mandato presidencial de los Estados Unidos de América. Convirtiéndose en el 46° presidente de la historia de su país. Su juramento tuvo lugar en el mismo Capitolio, que semanas antes fue tomado por una turba de protestantes.
«Este es el día de Estados Unidos. Es el día de la democracia. Un día para la historia y la esperanza», sostuvo Biden durante su primer discurso presidencial. En el mismo, dio conocer su llamado a la unidad para superar las diferencias políticas que recrudecieron los últimos meses.
Haciendo referencia a la última protesta en el Capitolio, hizo presente sus deseos de acabar con la «guerra incivil» entre «rojos y azules» (republicanos y demócratas). Y que sus planes incluyen frenar el ascenso del «supremacismo blanco» para satisfacer la necesidad de «curar el alma del futuro» de la nación.
Otros momentos resaltantes del evento, fueron la juramentación de Kamala Harris como vicepresidenta, la participación de la cantante Jennifer López, quien cantó el himno nacional en español, y la participación de la joven poeta Amanda Gorman, quien hizo un llamado a la redención del país.
La despedida de Trump
Una de las figuras con gran ausencia durante el evento fue la del expresidente Donald Trump. Esta tradición, que ocurría hace 152 años, fue evitada al igual que la reunión de primeras damas.
Después de dos meses de continua desaprobación a los resultados electorales, Trump se despidió del mandato con un discurso grabado. En este, a pesar que no menciona o felicita a Biden, le desea suerte al siguiente gobierno. “Rezamos por su éxito en mantener a Estados Unidos seguro y próspero. Y también queremos que tengan suerte, una palabra muy importante”.
Asimismo, Trump resaltó algunos de sus logros durante el mandato. Y le recordó al público que él se encuentra lejos de ser un político de izquierdas o derechas, que más bien, es alguien que trabajó con la única agenda de hacer algo bueno para la nación. «No busqué el camino fácil».
En cuanto sus logros más importantes fue el de manejar una política exterior llena de diplomacia y alianzas. Trump hizo presente en el discurso su orgullo por «ser el primer presidente en décadas que no ha empezado ninguna guerra nueva».
Finalmente, su despedida dejó un mensaje de esperanza para sus seguidores. «Lo mejor está por llegar».