Ante la baja tasa de ganancia a nivel regional, el retailer chileno deja Argentina anunciando el cierre de sus tres últimas tiendas físicas, despidiéndose así de su histórico local ubicado en la ciudad de Rosario. Se trata de las tiendas ubicadas en la localidad bonaerense de Martínez, en la periferia norte de Buenos Aires; y en la calle Florida, la principal arteria comercial peatonal del centro de la capital argentina.
Los representantes del gremio mercantil anunciaron este martes la salida de Falabella, comunicando la decisión a más de un centenar de trabajadores. Ante la situación existe incertidumbre en torno al pago de la indemnización. Es así que mediante un brevísimo comunicado, y sin dar mayores precisiones, aclararon que «al igual que en los casos anteriores, este proceso contempla un plan de retiro voluntario para todos los colaboradores de las tiendas que cesarán sus actividades». Se estima de igual forma que en las tres tiendas trabajaban alrededor de 500 empleados. De todos modos, la empresa chilena de la familia Solari añadió que continuará vendiendo únicamente a través de su portal eCommerce.
Asimismo, el retiro de la cadena de empresas no es algo nuevo en el país argentino. En febrero del presente año, Falabella decidió cerrar sus locales en Mendoza, Córdoba y San Juan. No obstante, el problema que enfrenta la compañía no es algo que se remonte al presente año, sino que ya desde hace alrededor de seis meses se venía adelantando lo que terminaría en la clausura total de las sucursales. En septiembre del 2020, la empresa había anunciado el cierre en Buenos Aires de dos tiendas de Falabella y otras dos de la marca Sodimac. En simultáneo informó de la eventual búsqueda de un socio estratégico para sus operaciones en el país sudamericano, tarea encargada a Columbus Merchant Banking.
Gestiones frustradas
Si bien es cierto, por Sodimac habían tres interesados: el fondo inversor local Inverlat, Bercomat y Cono Sur Investments. Sin embargo, las gestiones se vieron frustradas en tanto la empresa chilena realizó modificaciones a las condiciones de venta. Según fuentes del mercado, dentro de los cambios se incluyó la transferencia y los remanentes de mercadería de la marca Falabella, lo cual generó el retiro de las ofertas de los competidores.
En tanto a la CMR, su unidad de negocios financieros también tenía por lo menos un interesado: el banco Supervielle. A pesar de ello, hace 3 semanas, la operación se cayó por un desacuerdo en el precio de venta, puesto que Falabella pretendía US$ 40 millones por el traspaso de la base completa de clientes de CMR. Dada la pérdida del socio, ahora el grupo chileno reorientó la estrategia para abandonar el país y buscar revalorizar el holding de Falabella: Sodimac.
¿Cuál fue el contexto que llevó a la salida de Falabella?
En primera instancia, cuando a mediados del año pasado el grupo chileno comenzó a poner en marcha el plan para hacer «sustentable» sus negocios en Argentina, argumentaron que la pandemia del COVID-19 había acelerado «el proceso de digitalización del retail afectando sus resultados».
En este sentido, de acuerdo a los últimos estados contables disponibles de la compañía, en 2020 los ingresos registraron una disminución del 37,2 % (-7.1 % en la moneda local), «explicado principalmente por la devaluación de la moneda y el cierre de tiendas durante la pandemia en la mitad del año, sumado al cierre de tiendas de forma definitiva en el último trimestre». De la misma manera, Sodimac reportó una disminución del 32,2 % (+0,4 % en moneda local) según precisó la empresa en su último informe de resultados.
El anuncio emitido el día de ayer coincide con las dificultades que la compañía tiene para encontrar un negocio atravesado por la crisis, las trabas a las importaciones y la reconversión del sector retail. Junto con ello, debemos recordar que el país gobernado por el presidente Fernández, además de medidas como el alza en los aranceles de las importaciones y el aumento de cuarentenas, elevó el impuesto a las ganancias de las grandes empresas mediante un proyecto presentado por el jefe de Estado. Cabe mencionar que el país sudamericano arrastra ya tres años de recesión.
Según un informe de Forbes Argentina, durante el 2020, el Estado lideraba el ránking de países con mayor carga impositiva en la región con una caída en la actividad económica que se ha visto profundizada severamente en 2020 ante la pandemia de coronavirus, llevando así a empresas como Falabella de tener que retirarse del mercado.
Un golpe fuerte para el Rosario
Definitivamente, el retiro del grupo chileno Falabella significa no sólo el despido masivo de trabajadores de las sucursales—tema del cual el gremio de trabajadores ya se está ocupando para que la empresa cumpla lo establecido sobre el asunto de las indemnizaciones—, sino que también los mismos comerciantes del centro de Rosario verán sus ventas perjudicadas. Hoy en día, las ventas del centro rosarino alcanzan entre el 40 % y 50 % de lo que se vendía antes de la pandemia. «Muchos comerciantes del centro, si bien competían con Falabella, también se beneficiaban ya que era un factor de atracción de clientes que luego también compraban en los negocios adyacentes», sostuvo Ricardo Diab, presidente de la Asociación de Empresas de Rosario (AER) para un diario argentino.
Finalmente, frente a lo acontecido, el gobernador de la provincia de Santa Fe, Omar Perotti, sostuvo que «dado el cambio de hábito de compra de muchos de los usuarios generando otro tipo de vínculo con la actividad comercial lo que lleva a que hayan cambios importantes, lo que nosotros entendemos es que el Estado tiene que tener un rol activo en todos los incentivos estatales y también particularmente en la provincia».