El 27 de septiembre de 2024, el gobierno de Israel anunció que discutirá un plan de alto al fuego en el Líbano, impulsado por una coalición de países encabezada por Estados Unidos y Francia. Esta propuesta busca detener los enfrentamientos entre Israel y el grupo terrorista Hezbolá, que han intensificado la violencia en la región fronteriza desde inicios de octubre de 2023. Desde entonces, los bombardeos y ataques transfronterizos han dejado cientos de muertos, tanto en el norte de Israel como en Líbano.
Detalles de la propuesta
El plan de alto al fuego, propuesto inicialmente por Estados Unidos, plantea una tregua de 21 días en los enfrentamientos a lo largo de la «Línea Azul», la frontera reconocida entre Israel y Líbano. Durante este período, se espera facilitar la evacuación de civiles y promover negociaciones para la liberación de rehenes retenidos por Hezbolá, así como avanzar en una tregua simultánea en Gaza. Además, Estados Unidos ha ofrecido apoyar estos esfuerzos con medidas de mediación entre ambas partes.
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Posturas dentro del gobierno israelí
Aunque el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha mostrado disposición para analizar la propuesta, ha reiterado que Israel continuará los ataques contra Hezbolá hasta cumplir sus objetivos militares. Netanyahu declaró que «seguiremos golpeando a Hezbolá con toda nuestra fuerza», lo que refleja la postura ambivalente del gobierno israelí frente a la tregua. Además, varios ministros del gabinete, en especial de los sectores más radicales, han expresado su rechazo a la iniciativa, alegando que un alto al fuego solo daría tiempo a Hezbolá para reorganizarse.
El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, uno de los líderes de la derecha israelí, afirmó que «la única opción aceptable es la derrota total de Hezbolá». Otros altos funcionarios, como la ministra Orit Struck, se han pronunciado en contra de cualquier tregua, alegando que no existe un «mandato moral» para detener los combates mientras Hezbolá siga siendo una amenaza para Israel.
Consecuencias humanitarias y geopolíticas
Los bombardeos israelíes han dejado un saldo de al menos 600 muertos en Líbano, muchos de ellos civiles, según datos del Ministerio de Salud Pública libanés. Los ataques se han concentrado en el sur y el este del país, así como en suburbios de Beirut, causando una grave crisis humanitaria. Las organizaciones internacionales, como la ONU, han llamado a ambas partes a reducir las hostilidades para evitar una mayor escalada del conflicto.
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Un panorama incierto
Si bien la propuesta de alto al fuego está en discusión, el panorama sigue siendo incierto. La continua resistencia de sectores dentro del gobierno israelí, así como las acciones militares en curso, dificultan la posibilidad de una tregua inmediata. Por otro lado, la presión internacional, encabezada por Estados Unidos y Francia, continúa buscando una solución diplomática para evitar que el conflicto se expanda a una guerra regional más amplia.
En resumen, aunque Israel ha mostrado disposición para debatir el plan de alto al fuego, las divisiones internas y la persistente violencia complican cualquier avance hacia una tregua estable en el corto plazo.