Han trascurrido 233 días desde el estallido de la invasión rusa, y la neutralidad de la India sobre Ucrania y su guerra se mantiene. Resulta raro que, siendo el foco de críticas de varios estados democráticos, la India, ejemplar para muchos de dicho sistema, no haya seguido esa tendencia. Recientemente, Subrahmanyam Jaishankar, ministro de asuntos exteriores de la India, se negó a declarar si la representación del país asiático en la Asamblea General de las Naciones Unidas condenará la anexión rusa de territorios en Ucrania.
Sin embargo, es fácil explicar la postura de India si se hace una lectura desde la geopolítica. Comprenderla simplemente implica hacer una lectura de las necesidades del país asiático y las posibilidades que brinda el contexto.
Explicando la neutralidad de India sobre Ucrania
En el contexto actual, el ‘hard power’ (i.e. poder duro, aquellos poderes coercitivos como los económicos y militares) juega un papel clave. De acuerdo con Joseph Nye, el ‘hard power’ es la capacidad de ejercer influencia por medios bélicos o económicos. Por ejemplo, la falta de sanciones contundentes de Europa hacia Rusia antes de la guerra se debe al control que Rusia ejercía sobre el suministro de gas que abastece al continente. Rusia, en este mismo contexto, es un mercado muy atractivo por su producción de cereales, metales e hidrocarburos. Analizando la pirámide demográfica de India, uno puede observar que su población es masiva y está en constante crecimiento. Ello implica nuevas necesidades, tanto de alimento como de energía.
La invasión rusa a ucrania ha hecho que en gran parte de occidente se cierren las puertas a las exportaciones de país eslavo. Esto implica que un gran excedente de la producción rusa (hidrocarburos, gas, petróleo, químicos, metales y cereales), que antes abastecía a un continente entero, ahora se halla disponible y a bajo precio. Asimismo, India había estado reforzando sus vínculos comerciales con Rusia desde el año pasado, por lo que una continuación de esta tendencia era predecible.
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En sí, ante una demografía en constante crecimiento, un abastecimiento barato, masivo y constante es una posibilidad demasiado tentadora para la India. Por tanto, es posible que el país asiático mantenga su neutralidad en la asamblea de mañana, para mantener buenas relaciones con este potencial proveedor.