Una semana después del fuerte terremoto que dejó al menos 2 189 muertos, la población de Haití clama por ayuda internacional. Aunque poco a poco llega asistencia humanitaria, el país más pobre de América aún necesita insumos médicos, comida y más personal sanitario.
El sábado pasado, un sismo de 7.2 tuvo su epicentro a 12 kilómetros de Saint-Louis du Sud, ubicado en el oeste de la capital haitiana. La catástrofe se produce en medio de una crisis política tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse, que se suma a la pandemia del covid-19.
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«Nos estamos preparando para un desastre de salud pública».
Nadesha Mijoba de la Fundación de Salud de Haití
Según Mijoba, el terremoto ha terminado de evidenciar las falencias del sistema sanitario en el país e incluso se teme de un brote del cólera. Ello debido a que cerca de 53 000 casas fueron destruidas y otras 77 000 severamente dañadas por el sismo. Ante la catástrofe, las familias deben pernoctar en las calles, donde no tienen acceso a agua, comida o vestido.
Dificultades para recibir la asistencia social
El país centroamericano no está libre de conflicto, por lo que los equipos de rescate han tenido que enfrentarse a grupos armados que atacaron vehículos que llevaban ayuda para los haitianos. Aunque la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asunto Humanitarios anunció que alcanzó un acuerdo con las bandas para permitir el pase de la asistencia; no obstante, no se han respetado estas negociaciones.
Dos doctores de uno de los principales hospitales de Puerto Príncipe fueron secuestrados por criminales. Mientras esto sucedía, una mujer embarazada falleció esperando que uno de los médicos regrese a realizarle una cesárea de emergencia. En forma de protesta, el hospital cesó operaciones por dos días, lo que impidió la atención de decenas de personas en un escenario con más de 12 200 heridos.
En un intento de aliviar el hacinamiento hospitalario, algunas víctimas están siendo trasladadas por vía aérea a un hospital manejado por la ONG Médicos Sin Fronteras. Allí, estabilizan a los pacientes, pero en caso requieran de cirugías de gran envergadura deben enviarlos a hospitales locales.
Para enfrentar estas dificultades, las Fuerzas Armadas estadounidenses están preparando la instalación de un centro de salud de campaña en Los Cayos, Haití. Además, al igual que la marina británica, están enviando personal para contribuir con los esfuerzos de rescate y recuperación de la crisis.
Ello en línea a lo anunciado por Joe Biden el 14 de agosto, cuando designó a la administradora de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID), Samatha Power, como encargada de coordinar la respuesta al terremoto. Power anunció que ya tiene un equipo de «expertos sobre el terreno, evaluando los daños y las necesidades» en Haití para responder «urgentemente a ellas».