Giorgia Meloni, candidata del Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia) y co-lideresa de la coalición de centro derecha, se proyecta como la futura presidente del Consejo de Ministros de la República Italiana, luego que su partido obtuviera la pluralidad de votos el pasado domingo, con un estimado 26%, en una elección particular por la ausencia y división.
Este resultado ha generado un alivio para algunos italianos. A la vez, gran preocupación en otros, debido a que Giorgia Meloni y su partido son los principales exponentes del neofascismo en Italia. Gran parte de sus votantes y simpatizantes son y fueron fanáticos del tardío líder fascista italiano Benito Mussolini. El partido de Meloni ha reavivado un famoso lema de aquel régimen “Dios, Patria y Familia”, última vez utilizado en 1922, donde este lema fue entonado por los famosos «camisas negras» de Mussolini, marcando el inicio de lo que fue el último régimen fascista en Italia, hace exactamente un siglo.
Meloni no ha ocultado su admiración por las personalidades fascistas italianas, dedicando un fotomontaje a Giorgio Almirante, titulado “De Giorgio a Giorgia”. Almirante fue el último jefe de gabinete del Partido Fascista de Mussolini y el fundador del Movimiento Social Italiano. La progresión política de Italia ha sido clara si analizamos su progresión política desde el final de la segunda guerra mundial, cuando Alemania después de este periodo atravesó un proceso de “desnazificación” en Italia se decidió mirar para otro lado.
El escenario perfecto
Luego del fin de la Segunda Guerra Mundial y durante los inicios de la Guerra Fría, el Partido Comunista Italiano era el mayor de toda Europa occidental, generando una gran respuesta de los aliados con el objetivo que los comunistas no llegaran al poder. Por miedo a protestas e inestabilidad, los aliados se hicieron de la vista gorda en torno a la creación de nuevos movimientos y partidos herederos de las ideas fascistas. Es por eso por lo que muchos símbolos fascistas siguieron y siguen en las calles italianas. Bajo este contexto, surgió el Movimiento Social Italiano (MSI) de Giorgio Almirante, moldeando aún más lo que fue la Italia de la Guerra Fría, un campo de batalla muy importante entre el bloque soviético y occidental.
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Con la caída del bloque comunista, paulatinamente han surgido partidos de derecha en Italia, con la presencia pro y neofascista nunca extinta. Es así que en 1994, el MSI es incluido en una coalición de gobierno liderada por Gianfranco Fini, marcando la entrada del profascismo al gobierno con el nuevo partido Alianza Nacional (AN), sucesor del MSI. Es en este contexto en el cual una joven Giorgia Meloni es electa líder de juventudes de AN. Este escenario sería vital para el cultivo y nacimiento del partido Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia), un partido con una imagen más moderada y moderna, pero estrechamente vinculado con los movimientos neofascistas del pasado, que aún, en gran parte, representa su verdadera esencia y a gran parte del electorado italiano.