La decisión del presidente Joe Biden de retirar a las tropas de Afganistán ha desencadenado una serie de cuestionamientos sobre la hegemonía estadounidense. Mientras Rusia y China intentan acercarse al Gobierno talibán, el inquilino de la Casa Blanca observa el descenso de su aprobación.
A pesar de las críticas, el mandatario estadounidense ha defendido firmemente su decisión de abandonar el suelo afgano. Biden ratificó que la presencia militar norteamericana nunca tuvo como objetivo «construir una nación» ni fortalecer la democracia en este país de Asia del sur. Y aunque admitió que el derrocamiento del Gobierno sucedió antes de lo anticipado por su gestión, sus tropas «no deben morir en una guerra que los afganos no están dispuestos a luchar».
Histórico descenso de aprobación
Según una encuesta de Reuters e Ipsos, divulgada este martes, Joe Biden ha sido el peor calificado de los otros tres presidentes que lideraron la guerra contra el grupo talibán.
Días después de la caída del Gobierno afgano, tras la toma de Kabul, la aprobación del presidente cayó en siete puntos porcentuales. Mientras que el viernes tenía una aceptación de 53 %, el lunes solo tenía el apoyo del 46 % de los adultos estadounidenses.
Otro resultado interesante de la reciente encuesta son las opiniones contrarias que existen entre los ciudadanos americanos. Mientras que una mayoría del 61 % considera que se debe continuar con la retirada de tropas en el tiempo establecido, un 50 % apoya el envío de pelotones militares de regreso para combatir a los talibanes.
En comparación a sus antecesores, Biden ha quedado relegado. Solo un 44 % de los encuestados piensa que hizo un «buen trabajo» en el manejo de la situación de Afganistán. Mientras tanto, un 51 % aplaudió las estrategias de Obama y Trump en el manejo de la controversia. Con solo 44 %, su aprobación es incluso menor a la del ex presidente George W. Bush, que obtuvo 47 % de apoyo tras ordenar la invasión en 2001.
Inusual crítica de la Unión Europea a EE.UU
Este martes, los ministros de los Estados miembros de la Unión Europea sostuvieron una reunión de emergencia. Durante esta, los funcionarios hicieron severas críticas a Washington, algo nunca antes visto. Los reclamos fueron principalmente por ‘facilitar’ la instalación de un régimen terrorista, en referencia al control talibán de Kabul, y por generar el riesgo de una ola de refugiados hacia Europa.
Para el ministro de defensa de Letonia, Artis Pabriks, «este tipo de retiros de tropas generan caos». Pabriks también recalcó que los europeos serían quienes sufrirían las consecuencias de la decisión de la Casa Blanca, la cual calificó como «una creciente debilidad».
«[El retiro de tropas] es el mayor debacle de la OTAN desde su fundación»
Armin Laschet, candidato a suceder a la canciller alemana Angela Merkel
China y Rusia se acercan a Afganistán
La competencia de Estados Unidos con China y Rusia por alcanzar la hegemonía mundial no es nada nueva, y es en estos escenarios de crisis donde los rivales aprovechan para intentar ganar terreno. Con la salida norteamericana de Afganistán, los países de Xi Jinping y Vladimir Putin vieron una vía libre para ampliar su esfera de influencia en la zona.
Mientras los gobiernos occidentales mueven los hilos para retirar a sus cuerpos diplomáticos, la embajada china en Kabul «sigue funcionando normalmente», según indicó la vocera Hua Chunying.
Cabe resaltar que China comparte 76 kilómetros de frontera con Afganistán, por lo que la retirada de tropas estadounidenses sin duda les causa preocupación. Sin embargo, el gigante asiático ya estaba preparado; desde 2019, el Gobierno chino mantiene conversaciones con los talibanes. En esa línea, aseguran que desean «seguir manteniendo relaciones amistosas y de cooperación».
Por el lado ruso, el Estado no tardó en invitar a representantes talibanes a negociar sus futuras relaciones exteriores. Hasta el momento, Moscú asegura que no piensa retirar a su personal diplomático de la capital afgana, Kabul. El responsable de Afganistán en el Kremlin, Zamir Kabulov, aseguró que el embajador ruso, Dmitri Jirnov, se reunió con los talibanes el día martes. Ello con la certeza de que «la seguridad del perímetro exterior de la embajada rusa» está siendo asegurada por los insurgentes.