Este sábado, se concentraron cerca de 114 mil personas para manifestar su desacuerdo con las últimas medidas del Gobierno. Para los ciudadanos, las restricciones para frenar la pandemia del coronavirus en Francia son parte de una “dictadura sanitaria”.
Las protestas demostraron el rechazo de la población a las recientes medidas del presidente Emmanuel Macron. Las acciones más polémicas, que serán debatidas el miércoles en la Asamblea Nacional, incluyen la exigencia de un pasaporte sanitario que avale la vacunación completa o test negativo del ciudadano y la vacunación obligatoria para algunos profesionales.
«Entiendo a los reticentes que se manifiestan, pero creo que hacer falta convencer a toda costa a todos nuestros conciudadanos para que se vacunen. La línea es clara: debemos vacunarnos».
Jean Castex, Primer Ministro francés
El anuncio de Macron
En un discurso televisado, el primer mandatario anunció que será obligatoria la vacunación para los trabajadores del sector salud, bomberos, policías, etc. Según lo comentado por el presidente de Francia, todos ellos deberán estar vacunados antes del 15 de setiembre; de lo contrario, podrían enfrentar sanciones.
Para el resto de la población, será también indispensable contar con un certificado sanitario para poder ingresar a discotecas, conciertos y eventos multitudinarios. A partir de agosto, los bares, cafés, restaurantes, centros comerciales y medios de transporte públicos, también acatarán este requisito para permitir el ingreso a los clientes.
Estas estrictas medidas tuvieron resultados positivos en los últimos días, ya que se reservaron poco más de dos millones de citas para la inoculación. Asimismo, el viernes se aplicaron casi 800 mil dosis de vacunas contra el coronavirus.
Voz de protesta
La marcha fue convocada por Florian Philippot, político de derecha recién declarado candidato para las elecciones presidenciales del 2022. En esa línea, las protestas fueron encabezadas por grupos políticos ultraderechistas que denunciaron estar impedidos de entrar a cines, bares, teatros y otros locales, donde el ingreso es permitido solo a personas vacunadas. Para ellos, estas restricciones afectan su libertad y la vida cotidiana.
«No somos en absoluto unos anti-vacunas. Solo queremos que cada persona tenga la libertad de decidir si se hace vacunar o no. Los test PCR pueden aguantar y hay que mantenerlos gratuitos».
Las banderas de Francia se proliferaban y también se identificó que algunos llevaban estrellas amarillas, como las que se obligaba llevar a los judíos en la Alemania Nazi. Anteriormente ya se había mostrado esta forma de protesta con la frase «dictadura sanitaria».
París y otras ciudades como Niza, Marsella, Estrasburgo, Lilla y Toulouse, fueron escenario de multitudinarias manifestaciones. Los clamores y pancartas de «libertad», «dejen en paz nuestros cuerpos» o «Macron renuncia» incluso llevaron a que la Policía use gases lacrimógenos y realice algunas detenciones.