La madre del primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, ha fallecido a sus 96 años el pasado 13 de mayo en una residencia de la Haya, en la que permanecía aislada en un centro de ancianos para evitar ser contagiados del nuevo coronavirus. La causa de la muerte no fue de COVID-19, a pesar que varias personas fueron detectadas con el virus dentro de su entorno.
Rutte había sido sometido a una prueba de posible contagio, pero los resultados salieron negativos. Estaba alejada de su familia por la ordenanza de restricción del cierre público en las residencias de ancianos desde el 20 Marzo. Es decir, Mark Rutte tuvo que respetar las normas que él mismo decretó a su nación y no pudo visitar a su madre previo a su fallecimiento.
El primer ministro recibió la noticia justo en el momento que se encontraba en una reunión con su equipo de crisis, en la cual dialogaban sobre el retorno de los transportes públicos a partir del siguiente 1 de junio. Sin embargo, la audiencia no logró notar la triste realidad en que padecía Mark Rutte. La muerte de Mieke Rutte fue el 13 de mayo y la primicia se dio a conocer el último lunes.
«Además de la gran tristeza y todos los buenos recuerdos, mi familia y yo también tenemos un sentimiento de gratitud porque se nos permitió tenerla con nosotros durante tanto tiempo. Ahora le hemos dicho adiós en un acto familiar y esperamos poder lidiar con esta gran pérdida en paz en el futuro cercano», señaló el ministro en un comunicado.