La entrevista reciente de Tucker Carlson con el presidente ruso Vladimir Putin en Moscú ha desatado un profundo debate internacional. Con una duración de dos horas, esta conversación proporcionó una plataforma exclusiva para que el Kremlin expresara su visión sobre temas críticos como la situación en Ucrania, la relación con Occidente y la política internacional en general. Sin embargo, las críticas han surgido debido a preocupaciones sobre la imparcialidad y legitimidad del encuentro, así como por las omisiones evidentes de temas delicados para el gobierno ruso.
Invasión a Ucrania: ¿Un «derecho histórico» a violentar la soberanía de un Estado?
Desde su ascenso al poder en Rusia en la década de 1990, Putin ha mantenido una postura firme en defensa de los intereses nacionales rusos y ha promovido una agenda política basada en la protección de su soberanía y el nacionalismo. Aunque su retórica ha evolucionado con el tiempo para adaptarse a las cambiantes realidades geopolíticas, sus objetivos estratégicos han permanecido consistentes. En términos de política exterior, Putin ha defendido una visión de Rusia como una potencia mundial independiente y soberana.
Una de las afirmaciones más cuestionables de la entrevista fue la creencia del líder ruso en un supuesto derecho histórico de Rusia sobre territorios de Ucrania, catalogándolo como un «Estado artificial que se formó por voluntad de Stalin». Putin argumentó que ciertas regiones ucranianas tienen vínculos históricos con Rusia, lo que justificaría la invasión de Rusia en el estado vecino.
Para respaldar sus afirmaciones, el líder ruso recurrió a la historia, durante más de 30 minutos de monólogo, resaltando la relación cultural y étnica entre ambos países a lo largo de los siglos. Estas afirmaciones son erradas, pues más allá de la nostalgia rusa, Ucrania es hoy un Estado independiente y soberano, con fronteras reconocidas internacionalmente. Por lo tanto, cualquier intento de Rusia de justificar su intervención en base a argumentos históricos constituye una violación flagrante del derecho internacional y la soberanía nacional de Ucrania. No obstante, siendo sinceros, ¿Es ello relevante para Putin?
Putin resaltó su supuesta reticencia por invadir Ucrania. El líder ruso argumentó que era consciente que una intervención militar en Ucrania tendría graves consecuencias políticas y estratégicas, tanto para Rusia como para la región en su conjunto. Sin embargo, si a los hechos nos remitimos, Rusia ha llevado a cabo intervenciones militares en países vecinos en el pasado cercano, como Georgia en 2008 y Crimea en 2014, lo cual lo contradice. Durante la entrevista, Putin recurrió repetidamente a la historia como una forma de legitimar las acciones que toma.
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Sobre la promesa incumplida de no expansión de la OTAN: El inicio del conflicto
El discurso de Putin sobre la expansión de la OTAN hacia el este parte de la premisa de un incumplimiento de promesas por parte de EEUU y sus aliados. Destacó un recuerdo sobre la posibilidad de que Rusia se uniera a la OTAN durante su conversación que tuvo con Bill Clinton en el pasado. La realidad cambió y Putin sostiene que desde 2008, con la oferta de membresía a Ucrania y Georgia, se abrió la puerta para una posible expansión que desafiaba las garantías de seguridad que se había prometido a Rusia.
Putin afirma que el conflicto con Ucrania se remonta al golpe de estado de 2014, que él argumenta fue impulsado por intereses netamente occidentales. Rechaza la idea de haber iniciado el conflicto en 2022, insistiendo en que sus acciones fueron en respuesta a un contexto de crisis que requería medidas para detener la escalada. Putin también anotó la falta de disposición de Ucrania para negociar con Rusia como un factor clave en el estancamiento de las conversaciones diplomáticas, lo que finalmente llevó a la escalada militar desde hace dos años. Estas afirmaciones de Putin revelan una narrativa alternativa sobre el conflicto en Ucrania, en la que intenta presentar a Rusia más como una parte reactiva que un agresor.
«El Primer Ministro Johnson vino a disuadirlos y perdieron la oportunidad -de un acuerdo de paz-. Pues bien, la perdieron. ¿Dónde está el Sr. Johnson ahora? Y la guerra continúa».
Putin acusó a EEUU y otros países occidentales de alargar la guerra al influir en Ucrania para que rechazara acuerdos de paz previos. Específicamente, señaló a Boris Johnson, ex primer ministro británico, como figura clave que impidió un acuerdo de paz en Ucrania que se estaba negociando con la ayuda de Turquía en la primavera del 2022. Al respecto, Johnson tachó de «absurda» la alegación de Putin. Empero ello, Putin reveló que Rusia continúa manteniendo comunicación a través de canales alternos para un potencial cese al fuego, bajo sus condiciones. El presidente ruso sugirió que el fin del conflicto podría estar al alcance de EEUU y sus aliados si detienen el suministro de armas a Ucrania.
¿Cuál es el público objetivo? Putin habló de las prioridades de EEUU
La interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales de EEUU, como se evidenció en las acusaciones de 2016, ha sido un factor crucial para entender por qué Putin se refirió al manejo interno del país liderado por Biden. Sin lugar a dudas, existen especulaciones sobre posibles vínculos entre la derecha conservadora norteamericana y el momento de la entrevista que Putin brindó: justo antes de las elecciones. Putin ha capitalizado esta situación para proyectar a Rusia como una contraparte desafiante y ha apelado a las tensiones políticas internas para cuestionar por qué se gastan tiempo y recursos en un territorio tan alejado como Ucrania.
Putin acusó a Estados Unidos de «provocación barata» por su ayuda militar continuada a Kiev, y advirtió a Washington de no ampliar su apoyo al despliegue de tropas en Ucrania.
Las declaraciones de Putin han desatado una intensa discusión sobre su intento de influir en la política estadounidense. Putin es conocido por su oposición a las políticas progresistas, por lo que tendría sentido buscar aliados entre la derecha estadounidense, el público objetivo de la entrevista de Carlson. Putin trajo a colación problemas como, por ejemplo, la crisis de migrantes o la deuda nacional para validar el pedido de retirada de EEUU en temas de su región.
«¿Por qué debería llamarlo? ¿De qué debería hablar con él? ¿O rogarle qué? -en referencia al presidente Joe Biden-«
Presentó, preliminarmente, que su objetivo principal es consolidar el control ruso sobre el territorio ucraniano capturado y promover un gobierno amigo de Rusia en Kiev. Posteriormente, ese objetivo se amplia y se ve una contradicción con dos respuestas que dio en otro momento. Putin declaró que Rusia aún no había alcanzado sus objetivos de guerra, citando la desnazificación como uno de ellos -el presidente ucraniano Zelensky es de origen judío-. Así, agregó que es necesario «deshacerse de esas personas» que supuestamente respaldan el nazismo. Además, cuando se le preguntó si estaría satisfecho con el territorio actual, se negó a responder, insistiendo en la desnazificación y dejando la pregunta sin respuesta.
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La verdadera pregunta: ¿Cuándo acabará la guerra?
El fin de la guerra en Ucrania parece estar condicionado por las posturas intransigentes de los actores involucrados. Putin señaló que la conclusión del conflicto dependerá en gran medida del cese del envío de armamento por parte de EEUU a Ucrania. Solo después de este paso, afirma, se podrán entablar negociaciones sobre los términos para alcanzar un cese al fuego. En ese sentido, adujo instrucciones occidentales que considera limitan la capacidad de negociación del presidente ucraniano. No obstante ello, rechazó la idea de una intervención militar directa de EEUU, argumentando que podría llevar al mundo al borde de la destrucción.
“Si realmente quieren dejar de luchar, deben dejar de suministrar armas. Terminará en unas pocas semanas. Eso es todo”
A pesar de la tensión inherente a la situación, también, ha descartado la posibilidad de una escalada nuclear. En respuesta a las preocupaciones sobre una guerra nuclear, afirmó que, desde una perspectiva de sentido común, Rusia no buscaría iniciar un conflicto de tal magnitud. Aunque persisten las divergencias y los desafíos en la región, estas declaraciones sugieren una contención por parte de Rusia en cuanto a la posibilidad de recurrir a medidas extremas, al menos por el momento. Sin embargo, la incertidumbre persiste en cuanto a las perspectivas del cese de la guerra en Ucrania.
Es necesario mencionar antes del cierre que, Carlson eludió discutir temas delicados para el Kremlin, como los informes de crímenes de guerra rusos, la orden de arresto de la CPl contra Putin y la situación de los prisioneros políticos como Alexei Navalny. Además, evitó mencionar la movilización rusa y el número de muertos en la guerra, así como las próximas elecciones presidenciales rusas.
En conclusión, la entrevista de Tucker Carlson con Vladimir Putin ha destacado las complejidades y tensiones persistentes en el escenario internacional. Aunque la conversación ofreció una perspectiva singular desde el punto de vista del líder ruso, también suscitó preocupaciones acerca de la objetividad periodística y la legitimidad del discurso presentado. Es crucial que el público evalúe de manera crítica las narrativas expuestas. La incertidumbre prevalece respecto a las perspectivas de paz en Ucrania, y resulta imperativo que se sigan buscando soluciones para prevenir un mayor sufrimiento humano y evitar aún más la escalada del conflicto.