El acuerdo entre Armenia, Azerbaiyán y Rusia fue anunciado en la madrugada del martes. La “derrota” armenia desató protestas y peticiones de destitución del Primer Ministro. Por otro lado, las calles de Azerbaiyán festejaban la “victoria”. Rusia por su parte, no queda de lado, el acuerdo habría demostrado su buen papel como negociador.
El acuerdo que pone fin a un conflicto que lleva más de 30 años ha sido catalogado como “muy doloroso” por el primer ministro armenio, Nikol Pashinian. El pueblo armenio también lo considera así, por lo que lo acusan de traidor y piden su renuncia, al igual que a varios líderes opositores. Las protestas llegaron al Parlamento, donde se realizaron acciones violentas entre los manifestantes. Como consecuencia, se desató un saqueo en la oficina del Primer Ministro.
Alto al fuego
Luego de más de 6 semanas y dos intentos de alto, el 9 de octubre se acordaría un “alto al fuego humanitario” tras una ronda de conversaciones presididas en Moscú, pero esta no se llegaría a cumplir. El 26 de octubre, se realizó de igual manera, pero tampoco se acató.
Devoluciones de territorios
La región de Aghdam, ubicada al este del enclave Nagorno-Karabaj que limita con Azerbaiyán, ha sido controlada por Armenia a pesar de estar fuera del enclave. Sin embargo, el acuerdo ha establecido su devolución a Azerbaiyán antes del próximo 20 de noviembre.
La Región de Kelbajar y Lachin forman parte también de dicho acuerdo. Armenia tendrá que devolverle el control a Azerbaiyán antes del 15 de noviembre y 1 de diciembre, respectivamente.
Control ruso
Rusia más allá de tener un papel de negociador, ahora mantendrá una figura de tranquilidad. Moscú estableció “un contingente de mantenimiento de la paz”. Esta tendrá 1960 efectivos militares con armas pequeñas, 90 vehículos blindados, 380 unidades de automóvil y equipo especial.
La presencia rusa estará establecida mayormente en las líneas fronterizas de Nagorno-Karabaj y en el corredor de Lachin, el cual conecta Armenia con el enclave. Pero, esto no altera el control de Lachin por parte de Baku. En paralelo a esto, durante 3 años se determinará un plan para la construcción de una nueva ruta que conecte Armenia y Nagorno-Karabaj. Esta igualmente estará bajo la vigilancia rusa.
La ciudad de Shusha, la cual Azerbaiyán había reconquistado tras el inicio de la guerra, quedará bajo control del contingente ruso. Esta ciudad, que se encuentra a solo 11 kilómetros de la capital del enclave, la cual representaba un gran temor para los armenios.
La duración de la estadía rusa también se estableció. Durante 5 años, este país se mantendrá presente en el enclave, pero con una prórroga automática por 5 años más. Esto permitirá que se mantenga en el Cáucaso, por al menos 10 años más, si es que ninguna de las partes declara una anulación.
El control ruso en los territorios de Armenia y Azerbaiyán contendrá también un “centro de mantenimiento de la paz para controlar el alto al fuego”, que estará ubicado en Stepanakert, considerado la capital del enclave.
El aspecto económico también estará bajo el ojo de este país. El control de las comunicaciones de transporte fronteriza estará en manos del Servicio de Guardia de Fronteras de la Federación Rusia. Con esto se busca garantizar los movimientos de ciudadanos, vehículos y mercancías.
Desplazados y prisioneros
Desde el reinicio del conflicto a finales de septiembre, el 90% de los civiles del enclave han abandonado sus hogares. En cooperación con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) los desplazados y los refugiados volverán a sus hogares próximamente.
Con respecto a los prisioneros de guerra, rehenes, personas detenidas y cadáveres; el acuerdo propone un intercambio entre Armenia y Azerbaiyán.
Turquía queda afuera
Turquía ha apoyado a Azerbaiyán, no solo a través de declaraciones, sino también con armamento. Ilham Aliyev, presidente de Azerbaiyán, expresó que este país también tendría participación en las fuerzas de paz. Sin embargo, en el texto de la declaración no se lo menciona. «No hay una sola palabra sobre esto en el texto de la declaración publicada, no fue acordado por las tres partes», informó el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov.