El Gobierno de Cuba puso en vigor una serie de leyes que permiten la existencia de micro, pequeñas y medianas empresas. Las resoluciones llegan después de años de espera como respuesta a las grandes protestas contra el régimen dictatorial llevadas a cabo en el mes de julio.
Desde este 20 de septiembre, el pueblo cubano será capaz de abrir MIPYME’s y cooperativas no agropecuarias. Los futuros empresarios también serán capaces de contratar hasta 100 empleados en las compañías mas grandes. Por su parte, los negocios más pequeños podrán tener desde uno hasta 10 trabajadores contratados. Primero, los que deseen tener una compañía deberán inscribirse en el registro mercantil y ser aceptados por el Ministerio de Economía.
Con estas reformas, gran cantidad de actividades económicas serían posibles de conducir a través de compañías privadas. Algunas excepciones existen en la edición de diarios, estudios profesionales de arquitectos y abogados, y el sector educación. Omar Everlenys Pérez, economista, opina que «lo positivo de estas normas legales es que han llegado». Este también remarca que era necesario crear «sociedades legales» para aquellos que ya contrataban a un gran número de gente. El lunes, fecha en la que fueron implementadas las leyes, se recibieron 75 solicitudes. Para el ministro de economía, Alejandro Gil, ello es una «muy buena arrancada».
Pasado económico de Cuba
Las pequeñas y medianas empresas no son algo nuevo en Cuba; por casi una década estas existieron durante el Gobierno de Fidel Castro. Sin embargo, los líderes cubanos siempre habían visto a la actividad económica privada en mala luz. Estos la describían como un mal necesario para brindar trabajos y servicios que el aparato estatal no podía. Por tanto, en 1968, Fidel Castro eliminó las empresas en una «ofensiva revolucionaria», nacionalizando las compañías y propiedades privadas.
Pero el mismo Castro tuvo que dar marcha atrás cuando el bloque comunista empezó a caer y los subsidios soviéticos desaparecieron. En 1991, con la caída de la Unión Soviética, Cuba entro en una severa crisis económica llamada «Periodo especial en tiempos de paz». Esta crisis vio como el producto interno bruto del país se contrajo en un 36 % entre los años 1990 y 1993. Esta crisis forzó a la dictadura a pasar reformas que permitían cierta actividad económica privada en el sector de servicio. Principalmente, se permitió el trabajo por cuenta propia (con licencia), inversión extranjera y turismo internacional.
El 85 % de la economía de la isla sigue siendo estatal, con más de 600 mil «cuentapropistas» trabajando en el sector de servicio. Este sector grandemente dependía del turismo y con la llegada de la pandemia fue golpeado duramente. La crisis económica creada por la pandemia ha sido la peor en Cuba desde la de 1991, con mas de 250 mil personas suspendiendo su trabajo debido a la restricciones de viajes.
En parte, fue esta crisis económica la que motivó las protestas de julio. Estas manifestaciones fueron las que indujeron al Gobierno a adelantar sus planes para incorporar las nuevas leyes.
Opiniones diversas
Aunque la llegada de las nuevas normas dan esperanza y alivio, no todo es positivo en los ojos de diversos especialistas. Algunos pequeños empresarios se sienten tranquilos por haber conseguido estar legalmente protegidos para abrir una empresa en el país. Otros creen que esto va a permitirles organizarse mejor y por lo tanto tener mejores resultados.
Pero hay unos con menos entusiasmo que apuntan a la falta de información para empezar una empresa y al posible largo periodo de espera para ser aprobado. El Gobierno indica un aproximado de 25 días para una repuesta a la aplicación, pero la lentitud burocrática y la falta de crédito del Estado preocupa.