El 12 de enero de 2022, se llevó a cabo el esperado Consejo de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) y Rusia. Este encuentro buscaba plantear una solución frente al aumento de tensión en la frontera entre Rusia y Ucrania, debido al gran despliegue militar de Rusia en la zona. La reunión finalizó sin soluciones concretas, pero sin cerrar las puertas a nuevas oportunidades de diálogo.
Postura de Rusia y la OTAN
Por un lado, la OTAN exige a Rusia reducir la tensión en la frontera ucraniana, poniendo énfasis en la abstención de posturas de fuerza agresivas. Además, nuevamente se hizo hincapié en que si Rusia ataca a Ucrania las consecuencias serán graves.
Por otro lado, Alexander Grushko, representante de la delegación rusa, mantuvo las propuestas presentadas por Rusia. El principal requerimiento fue que la Alianza detenga su expansión hacia el este; es decir, cerca de las fronteras rusas.
Asimismo, sostuvo que cualquier intento de construir seguridad contra y sin Rusia son contraproducentes y están condenados a fracasar. Adicionalmente, señaló que el empeoramiento de la situación tendría consecuencias impredecibles y muy graves para la seguridad de Europa.
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Ante esto, la OTAN dejó en claro que tanto la Alianza como Ucrania son libres de tomar las decisiones que consideren pertinentes; y Rusia no tiene ningún poder de veto sobre esto.
Es así que la reunión que suponia ser el camino hacia la desescalada de tensión resultó en mayores divisiones entre los aliados y Rusia. Sin embargo, esto no significa el fin de la vía diplomática para resolver esta problemática. Es más, Stoltenberg mencionó que «aunque el diálogo resulte difícil es necesario».
Putin y su interés en Ucrania
Putin, en su artículo titulado Sobre la unidad histórica de rusos y ucranianos, menciona que la enemistad entre Rusia y Ucrania es “una gran desgracia y tragedia común”, la cual es resultado de los errores propios cometidos (haciendo referencia al error de haber permitido la desintegración de la URSS), sumados a los “esfuerzos deliberados de aquellas fuerzas que siempre han tratado de socavar la unidad entre ambos”.
Entonces, la fijación de Putin sobre Ucrania radica en su creencia en que la secesión de los estados ex soviéticos fue un verdadero robo. Además, al Ucrania haberse convertido en un Estado fallido, su vulnerabilidad permite un fácil ingreso de la influencia de Occidente, lo cual convierte a este país como el pase directo hacia Rusia. Es por ello, que el acercamiento entre Ucrania y la OTAN es una amenaza a la soberanía rusa, ya que, a los ojos de Putin, Ucrania es Rusia.
Finalmente, queda claro que la escalada de tensión en Crimea es parte de la pugna entre la OTAN y Rusia. Por un lado, la OTAN busca su expansión hacia el este para obtener un mayor control sobre Rusia, teniendo como prueba las recientes movilizaciones del bloque en el Mar Negro cerca de la península de Crimea. Por su parte, Rusia busca frenar el avance de la OTAN y las acciones militares parecerían tan solo estar enfocadas a que las exigencias rusas sean escuchadas, considerando que anteriores movimientos militares resultaron en el diálogo entre Biden y Putin.
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