El pasado 24 de diciembre, se aprobó por unanimidad el acuerdo entre la Unión Europea y Reino Unido, dejando fuera lo que se conoce como el “brexit duro”. Este entraría en vigor de forma provisional el 1 de enero de 2021. El Parlamento británico se reunirá para su votación el 30 de este mes. Mientras que, el Parlamento europeo aún no tiene una fecha programada, pero se espera que sea para las primeras semanas del siguiente año.
Inicialmente, los controles y la supervisión del acuerdo estarán a cargo del recién creado Consejo de Dirección. Este estará compuesto por miembros de la Comisión Europea y el Gobierno británico. Además, el acuerdo abre la posibilidad de creación de una asamblea parlamentaria conjunta, que estaría bajo el poder del Parlamento europeo y británico.
En materia de comercio, el convenio prevé la adopción de represalia por si alguna de las partes provoca una situación de competencia desleal. Además, uno de los puntos más importantes, se logró obtener los aranceles en cero. No habrá con respecto a la exportación de productos, es decir, seguirán funcionando en las mismas condiciones. Sin embargo, se aplicarán las reglas de origen. Estas obligan al Reino Unido a certificar el origen de sus productos y el porcentaje que procesa de terceros países. Dejando así de lado las certificaciones británicas.
Otro aspecto importante, del cual fue un punto de mucha tensión, fue la industria pesquera. Reino Unido recupera la soberanía de sus aguas en un periodo transitorio de 5 años y medio.
«Por primera vez desde 1973 seremos un Estado costero independiente con pleno control de nuestras aguas»
Boris Johnson en una rueda de prensa.
En la industria automotriz, los automóviles diesel o de gasolina, tendrán que fabricarse con al menos un 50% de piezas locales, para que no se tasen con aranceles. En contraste, los vehículos eléctricos o híbridos, podrán tener hasta un 60% de piezas de terceros países, pero esto se reducirá a un 55% en 2026.
Con respecto a la movilidad humana, los ciudadanos de la UE podrán ingresar y permanecer sin visado hasta 90 días máximo y con una suma límite anual de 180 días al año. Sin embargo, el acuerdo no permite que ciudadanos de la UE puedan trabajar, residir o permanecer en Reino Unido sin visados específicos. Además, con la salida del Reino Unido, ya no habrá un reconocimiento mutuo automático de las cualificaciones profesionales.
Con respecto a Gibraltar, el acuerdo no se aplicará en este territorio. Pero se mantienen las negociaciones entre España y Reino Unido, y se deja abierta la posibilidad de que haya un futuro acuerdo. En Irlanda del Norte, a pesar de que ya se logró un acuerdo con bastante flexibilidad fronteriza, ciertas normas se mantendrán alineadas a la Unión Europea.