El 18 de septiembre se llevó a cabo la sexta Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en México. La conferencia reunió a los mandatarios de ambas regiones para establecer soluciones frente a problemáticas comunes en el marco de la crisis del COVID-19.
La institución, que alberga a 33 países del continente, surgió como iniciativa de Hugo Chávez y diversos líderes de tendencia izquierdista en el 2011. Dichos mandatarios consideraban imprescindible reemplazar a la Organización de los Estados Americanos (OEA) debido al «imperialismo» estadounidense sobre la región.
En esa línea, la reciente reunión priorizó la integración política y económica. Aún así, no logró evitar los roces ideológicos entre los presidentes, generados por la presencia de Nicolás Maduro. Nuevamente, izquierda y derecha conflictuaron en un mismo espacio. Sin embargo, ¿por qué una organización reuniría a líderes con grandes diferencias políticas?
SIGUE LEYENDO: Perú Libre presenta proyecto para controlar los medios de comunicación
TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR: ONU: Sistema de justicia fomenta represión a opositores en Venezuela
Los puntos discutidos
Si bien la intención de la conferencia era discutir las consecuencias de la pandemia, los representantes colocaron más temas sobre la mesa. Uno de los puntos más destacables fue el cambio climático, propuesto por Alejandro Giammattei, presidente de Guatemala. El jefe de Estado anunció que propondrá en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático declarar a Centroamérica como una región «altamente vulnerable».
Según Giammattei, dicho reconocimiento reduciría las pérdidas y daños humanos o materiales generados en los desastres naturales. El presidente hondureño Juan Orlando Hernández también resaltó el asunto ambiental. El país sufrió pérdidas estimadas en 1800 millones de dólares el año pasado tras atravesar dos huracanes en solo quince días. Por ello, remarcó la integración como una importante herramienta de recuperación frente a los fenómenos naturales.
«Los efectos del cambio climático lo sufrimos los países en vías de desarrollo, no somos responsables del efecto, pero sí sus principales víctimas».
Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras
Los deseos de generar mayor unificación en el organismo se afianzaron. El sábado, la cumbre institucionalizó la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE). El proyecto surgió el año pasado, y ahora es presentado como una herramienta de desarrollo tecnológico y científico entre los países participantes.
Pero, el punto de mayor importancia fue la aprobación unánime de los «Lineamientos y propuestas para un plan de autosuficiencia para América Latina y el Caribe». Dicho documento, propone siete líneas de acción para combatir la crisis sanitaria como económica, los cuales se pueden resumir en la compra de vacunas a nivel regional, fortalecimiento de sistemas sanitarios y flexibilidades normativas para el mercado.
Los roces presidenciales
La derecha política se enfrentó a la izquierda en la reunión. El origen de la tensión surgió con la inesperada asistencia de Nicolás Maduro, quien no figuraba en la lista de asistentes. De acuerdo al Ministerio de Relaciones Exteriores mexicano, el venezolano llegó el viernes de último minuto.
Frente a la aparición del sucesor de Chávez, el mandatario paraguayo, Mario Abdo Benítez, rechazó que su gobierno sea legítimo. Además, mencionó que Paraguay no cambiará su postura respecto al dictador. Frente a ello, el representante venezolano retó al paraguayo a un debate sobre la democracia.
«Yo le digo al Presidente de Paraguay, ponga usted la fecha, el lugar y la hora para un debate sobre democracia en Paraguay, Venezuela y en América Latina, y estamos listos para darlo».
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela
LEE TAMBIÉN: Nicolás Maduro sorprende con su llegada a México para la cumbre de la CELAC
La discusión no culminó allí. El mandatario uruguayo, Luis Lacalle Pou, expresó su oposición a las dictaduras en Nicaragua, Cuba y Venezuela. Además, presumió el desarrollo de la democracia y la conciliación entre oposiciones en el país sureño. «En mi país por suerte, la oposición puede juntar firmas. «En mi país por suerte, la oposición tiene resortes democráticos para quejarse. Esa es la gran diferencia con el régimen cubano», enfatizó Lacalle.