Este lunes, el ejército de Burkina Faso anunció que ha tomado el poder y derrocado al presidente del país, Roch Kaboré. El mensaje lo dio Sidsore Kader Ouedraogo, miembro del movimiento patriótico para la salvaguardia y restauración (MPSR). En este se justifican el golpe con el creciente deterioro de la seguridad y la falta de respuesta del gobierno. Además, indican que se volverá al orden constitucional en el tiempo que se considere prudente.
Para comprender en qué circunstancias se dio la nueva toma de poder, Diario El Gobierno conversó con el internacionalista Francisco Belaúnde.
Contexto político de Burkina Faso
De acuerdo con el analista de política internacional, la región del Sahel es escenario de la ofensiva de los grupos islamistas. Iniciando con la presencia de al Qaeda con algunos grupos locales, pero en la actualidad ha surgido el Estado Islámico. Este se expande cada vez más, llegando a Burkina Faso hace 6 años aproximadamente, lo que ha dejado un estimado de; 2000 muertos y más de un millón de desplazados.
El descontento de la población ha sido acumulando desde estas fechas, debido a la expansión de la violencia. Ante ello, la falta de respuesta de las autoridades y el abandono del Gobierno hacia las fuerzas militares, habrían preparado el camino para lo acontecido. El asesinato de 50 miembros de las fuerzas de seguridad es un claro ejemplo. Pues se revelaron mensajes donde se solicitaban alimentos y equipo adicional, los cuales nunca arribaron.
En noviembre del 2021, se suscitaron fuertes manifestaciones en contra del gobierno pidiendo la renuncia del presidente Kaboré. Unos días antes del golpe; el gobierno denunció un intento de golpe y arrestó a un grupo de militares. Estos reclamaban la existencia de problemas logísticos, falta de alimentos y la toma de malas decisiones del gobierno. Sin embargo, las detenciones no desalentaron a los militares a llevar a cabo el golpe de estado.
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¿Mejorara o empeorara la situación de seguridad?
El especialista expone que con una situación complicada en un contexto de mayor estabilidad. Actualmente, existe la posibilidad de que el panorama empeore; y sea aprovechado por grupos yihadistas. Este nuevo gobierno de facto, al igual que en Mali, ha recibido amplio apoyo popular, hecho favorable para su legitimidad y para su futura estabilidad política. Por ello, concluye que la mejora o deterioro de la seguridad dependerá de la capacidad de los nuevos líderes, quienes lidiaran con la política del país, que esta bastante ligada a rivalidades y tensiones étnicas; siendo esto un gran reto para lograr la cohesión necesaria para luchar contra los grupos yihadistas, quienes aprovechan las tensiones internas de los países de al región.
Frente a este golpe, surge el temor que se replique en otros países de la región que lidian con problemas de seguridad frente ataques terroristas. El especialista considera que, pese a que cada país tiene su propia realidad, esto es algo que claramente se puede reproducir en cualquier otro país; y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) jugara un papel importante para evitar que se de un efecto contagio en la región.
Repercusiones en la comunidad internacional
El pronunciamiento del secretario general de la ONU, António Guterres no demoro en llegar; y condeno el golpe junto a la petición a los militares que «garanticen la protección y la integridad física» de Kaboré.
Respecto a la Operación Barkhane, operación de las Fuerzas Armadas Francesas para brindar apoyo militar en la lucha contra el terrorismo en el Sahel. El especialista prevé que lo acontecido le afirmara a Francia la necesidad de reducir su presencia en la región y trasladar mayor responsabilidad a los países africanos.
Recordando las severas sanciones impuestas por la CEDEAO a Malí, las cuales abarcaron bloqueos comerciales y de fronteras. En el caso de Burkina Faso se espera una reacción similar; destacando que el organismo ya ha condenado la toma del poder por la fuerza, haciendo hincapié en el estado del presidente depuesto, quien aun no ha sido ubicado.
Finalmente, la principal interrogante es si los ejércitos de los países africanos seguirán la cooperación con los militares de Burkina Faso. Siendo esto posible bajo una promesa de retorno rápido al orden institucional. Sin embargo, hasta el momento la situación se muestra incierta.