El ministro de Gobierno boliviano, Arturo Murillo, señaló que la intervención en los centros de salud particulares, serán negociadas con el pago de una compensación justipreciada. Diversos funcionarios señalaron a los medios que la mayoría de los hospitales que atienden pacientes con coronavirus se aproximan al colapso.
“No se trata de quitarle nada a nadie. Si se expropia será a un precio justo”, señaló Murillo. Quien detalló que la intervención en nosocomios y cementerios está siendo negociada con la finalidad de compensar a los propietarios. “Vamos a empezar hoy día dos procesos, uno de expropiación o de intervención del hospital de Udabol de Santa Cruz (este), que tiene una capacidad de 400 camas y alrededor de 100 terapias intensivas, y en Cochabamba (centro) Univalle, que tiene una capacidad de más de 120 camas y alrededor de 20” de cuidados intensivos, dijo Murillo. Ambos hospitales pertenecen a universidades privadas.
La curva de contagios en Bolivia muestra una tendencia ascendente, alcanzando más de 45 mil casos confirmados y alrededor de 1,860 decesos. El ministro anticipó que «en caso de que lleguemos a colapsar, vamos a intervenir cementerios privados», mencionando la situación crítica de Cochabamba. Lugar donde se tienen más de 3 mil quinientos casos confirmados y alrededor de 165 fallecidos.
Hace semana y media, empresas funerarias de Cochabamba alertaron que no tenían suficiente espacio para incinerar cadáveres. Unos vecinos de la misma ciudad protestaron en contra de la realización entierros de fallecidos por covid-19, por temor a una ola de nuevos contagios. Por la saturación en los incineradores, algunos ciudadanos tenían que mantener los cuerpos de sus parientes dentro de sus casas por varios días. Unos vecinos decidieron colocar un ataúd en la calle de un fallecido por covid-19, por temor al contagio y en protesta de lo difícil que es recibir el servicio mortuorio.
Afiliados a seguros privados son atendidos en los hospitales donde también reciben pacientes de coronavirus. El ministro detalló que esa situación ha dejado sin atención a «la gente más humilde, más pobre, que no tiene condiciones de pagar un seguro». Murillo explicó que la decisión fue conjunta con la aprobación de la presidente interina Jeanine Áñez, quien se encuentra en cuarentena tras ser diagnosticada como paciente asintomática.
Las elecciones generales en Bolivia, para designar presidente, vicepresidente y parlamento bicameral, están previstas para setiembre. Medios oficiales estiman que para la fecha Bolivia podría sumar alrededor de 130,000 infectados.