El presidente de EE.UU. , Joe Biden, le dijo al expresidente Barack Obama que planea postularse para la reelección en las elecciones presidenciales de 2024; según fuentes recogidas por The Hill.
Asimismo, la persona consultada por el medio, señaló que el inquilino de la Casa Blanca, a pesar de sus menguantes índices de aprobación, este sigue siendo el candidato demócrata con más probabilidades de derrotar a Donald Trump en un eventual enfrentamiento.
Durante una conferencia de prensa en Bruselas el mes pasado, el mandatario estadounidense comentó a los periodistas que sería «muy afortunado» de competir contra su rival en las elecciones de 2020, el expresidente Trump. A pesar de que Biden y Obama almorzaron juntos a principios de abril, no estaría claro cuándo exactamente hablaron acerca de la posible candidatura.
Por su parte, la Casa Blanca aún no proporcionó comentarios acerca del supuesto intercambio entre los líderes demócratas.
La baja popularidad de Biden
El grado de aprobación de la Administración de Joe Biden se encuentra disminuyendo. Empieza a ser un lastre demasiado pesado para el Partido Demócrata. El próximo 6 de noviembre, la agrupación política puede verse determinado a una debacle sin precedentes en las elecciones legislativas.
Estas, servirán para renovar un tercio del Senado, la totalidad de la Cámara de Representantes y, además, elegir 36 gobernadores y parlamentos estatales. Unos comicios que podrían confirmar el malestar general entre los estadounidenses. De ser así, estos dejarían al inquilino de la Casa Blanca atado de pies y manos frente al Legislativo y la mayoría de los estados.
El promedio de las últimas cuatro encuestas de alcance nacional muestra un índice de aprobación a Joe Biden de un 39%. Mientras, su grado de desaprobación se sitúa en el 55%. Es decir, ni siquiera cuatro de cada 10 consultados valoran de manera positiva su gestión.
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Al tiempo que más de la mitad la suspenden. Estos datos vuelven a poner de manifiesto un estado de ánimo estable más que puntual y una tendencia a la baja en comparación con las cifras de marzo. Estas mostraron un 40% de aprobación y un 54 % de desaprobación, y las de mediados de enero, que arrojaron un 41-54.
La opinión pública también confirma que el rebote de popularidad que, según algunas casas demoscópicas, supuso para Biden su Discurso sobre el Estado de la Unión de principios de marzo fue una variación temporal, sin efectos a largo plazo. Cuando faltan apenas 200 días para las elecciones primarias, son escasos los motivos para esperar una mejora del índice de aprobación de quien teóricamente es el presidente más votado de la historia de los Estados Unidos.
Lo razonable, en cambio, es pensar que la popularidad de Biden mantenga su tendencia a la baja. Así lo contemplan en el Partido Demócrata, conscientes de que los resultados de las llamadas mid-term estarán directamente relacionados con la popularidad, o más bien la impopularidad, de su principal activo político.