El 5 de noviembre de 2024, Estados Unidos vivió una jornada electoral que marcó el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y consolidó el dominio republicano en el Congreso. En una contienda decisiva, Trump venció a la vicepresidenta Kamala Harris, quien lideró la candidatura demócrata tras la decisión de Joe Biden de no buscar la reelección.
Regreso de Donald Trump a la presidencia
Donald Trump obtuvo 293 votos electorales frente a los 224 de Kamala Harris. Su victoria fue impulsada por triunfos en estados clave como Florida (56.12%) y Georgia (50.75%). Además, Trump logró imponerse en estados tradicionalmente disputados como Arizona (51.9%) y Nevada (51.47%), mostrando su capacidad para mantener apoyo en regiones industriales esenciales, como Michigan, donde ganó con un 49.91% de los votos.
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Republicanos retoman el control del Senado
Los republicanos recuperaron el control del Senado, asegurando al menos 52 de los 100 escaños. Entre los triunfos más notables destaca el del empresario colombiano-estadounidense Bernie Moreno en Ohio, quien derrotó al senador demócrata Sherrod Brown, convirtiéndose en el primer colombiano en ocupar un escaño en el Senado por Ohio. Moreno celebró su victoria con un mensaje de compromiso hacia la economía y la seguridad nacional.
Por otro lado, Tim Sheehy, ex SEAL de la Marina de EE.UU. y de 38 años, ganó el escaño de Montana al derrotar al demócrata Jon Tester, quien buscaba su cuarto mandato.
Victoria en diversos estados clave
Los republicanos lograron importantes victorias en varios estados estratégicos que consolidaron su dominio tanto en el Senado como en el Colegio Electoral. En Virginia Occidental, Jim Justice ganó el escaño dejado por Joe Manchin; en Florida, Rick Scott retuvo su escaño, y en Texas, Ted Cruz fue reelegido, frustrando las aspiraciones demócratas de ganar terreno en estos estados clave.
A nivel presidencial, Donald Trump aseguró una victoria en Carolina del Norte, obteniendo sus 16 votos electorales en un estado históricamente disputado, conocido como «swing state». En Georgia, otro estado decisivo, los republicanos se alzaron con sus 16 votos electorales, con Trump superando a Kamala Harris con un 50.73% frente a 48.53%. Además, Kentucky otorgó sus 8 votos electorales a Trump, quien obtuvo un contundente 64.59% de los votos, y en Indiana, Trump aseguró los 11 votos electorales al alcanzar el 58.77% de apoyo. En total, estos tres estados —Georgia, Kentucky e Indiana— sumaron 35 votos electorales a favor de los republicanos, consolidando así la tendencia histórica en estos bastiones conservadores.
Con un gasto récord de casi $300 millones en publicidad, la elección representó un cambio clave en el Senado, lo que permitirá a los republicanos avanzar en su agenda legislativa en Washington.
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Perspectivas para la administración Trump
Con el control del Ejecutivo y el Congreso, se espera que la administración de Trump avance rápidamente en reformas económicas, endurecimiento de políticas migratorias y fortalecimiento de la posición internacional de EE.UU.
El control del Senado permitirá a los republicanos influir en nominaciones judiciales, mientras que en la Cámara, buscarán reformar la Ley del Cuidado de Salud Asequible (ACA) y revisar programas de gasto social. Con la salida de Mitch McConnell como líder republicano en el Senado, se anticipa una votación para elegir su sucesor entre John Thune y John Cornyn.
Victoria nacional de Trump y dominio en el Congreso
Con el 51% de los votos populares y más de 270 votos electorales, Trump se aseguró la presidencia. En el Congreso, los republicanos cuentan con 52 escaños en el Senado y se aproximan a la mayoría en la Cámara de Representantes con 204 escaños. Este resultado marca un hito significativo para el Partido Republicano, ya que es la primera vez en dos décadas que un candidato republicano gana el voto popular. La última vez que esto ocurrió fue en 2004, cuando George W. Bush fue reelegido.
Además, hasta la mañana del 6 de noviembre, Trump mantenía una ventaja de aproximadamente 4.9 millones de votos sobre su oponente, la vicepresidenta Kamala Harris. Esta diferencia hacía improbable que Harris pudiera superar a Trump en el voto popular, incluso si ganara todos los votos restantes por contar. Este resultado es un cambio significativo en comparación con las elecciones anteriores, donde los candidatos demócratas habían ganado consistentemente el voto popular desde 2008.