A partir de este sábado, Argentina volverá al confinamiento obligatorio y estricto durante nueve días para combatir la segunda ola de coronavirus, que ha colocado al país como uno de los que registra más muertes por millón de habitantes en el mundo.
La medida fue anunciada por el gobierno argentino cuando se cumplió el tercer día consecutivo con más de 35 mil contagios y más de 400 muertes.
Medidas
La cuarentena comenzó en la madrugada de este sábado e implica la suspensión de clases, actividades comerciales consideradas no esenciales y los eventos sociales, religiosos y deportivos.
La mayoría de los argentinos solo podrá salir a la calle entre las seis de la mañana y las seis de la tarde, y solo podrá desplazarse cerca de sus casas. Solo los trabajadores considerados esenciales podrán movilizarse.
Esta medida durará hasta el 30 de mayo. El objetivo del gobierno argentino es frenar el terrible aumento de contagios.
«Estamos viviendo el peor momento desde que comenzó la pandemia y necesitamos cuidarnos como nunca para evitar todas las pérdidas que podamos», mencionó el presidente Alberto Fernández al anunciar la nueva medida.
Luego del 31 de mayo, las restricciones volverán a la fase actual con toque de queda de ocho de la noche a seis de la mañana, actividades sociales, recreativas y comerciales prohibidas en espacios cerrados. El fin de semana del cinco y seis de junio nuevamente se impondrá un confinamiento estricto.
El presidente argentino criticó a los gobernadores por no controlar el cumplimiento de las medidas anteriormente dispuestas. “Es decisivo que la autoridad de cada jurisdicción aplique las normas que estamos dictado, no hay lugar para especulaciones ni para dudar”, mencionó Fernández.
Al mismo tiempo, adelantó que habrá ayuda económica para los sectores perjudicados por las nuevas restricciones.
Cifras
Esta semana, el país supero la cifras de contagios y muertes desde que empezó la pandemia. El martes llegó a 744 muertes y un día más tarde reportó 39.652 casos nuevos.
Argentina suma 3,4 millones de contagiados y más de 72.000 muertos. Por ello, la ocupación de camas en unidades de terapia intensiva supera el 90% en muchas distritos.
El rápido aumento de casos ha puesto a prueba a los trabajadores de funerarias, cementerios y crematorios del país, quienes anunciaron un paro nacional si no son vacunados contra el COVID-19.
“En esta segunda ola hay tres problemas que debemos corregir: en algunos lugares no se cumplieron las medias impuestas, en otros se implementaron de manera tardía y en muchos lugares los controles se relajaron, han sido débiles o simplemente no existieron”, explicó Alberto Fernández.
Vacunas
Según cifras oficiales, hasta este jueves se habían aplicado 10.549.521 dosis. 8.397.337 personas recibieron la primera dosis de la vacuna, mientras que a 2.152.184 personas ya se les aplicó también la segunda.
El presidente argentino confirmó que en los próximos días llegarán más de cuatro millones de vacunas de Sputnik V y AstraZeneca.
Con las restricciones, el gobierno pretende ganar tiempo mientras avanza la vacunación, que hasta el momento ha progresado más lentamente de lo que se había previsto inicialmente.
Críticas
Alberto Fernández ha enfrentado duras críticas por las medidas tomadas a lo largo de la pandemia para disminuir los casos de COVID-19. La molestia se ha evidenciado desde el año pasado en diversas manifestaciones que se han dado en las calles para expresar el descontento por las medidas.
Esta cuarentena es similar al duro confinamiento que el presidente anunció e implementó al comienzo de la pandemia, entre marzo a julio de 2020. Esa fue una de las cuarentena más largas del mundo y afectó duramente a la economía en argentina. Esta vez la diferencia está en la entrega de un paquete de rescate económico para apoyar a los sectores más afectados.