Inaceptable acto de racismo en la Asamblea Nacional Francesa. El día de ayer, el debate en la Asamblea Nacional, Cámara Baja del Parlamento francés, tuvo que suspenderse debido a la polémica generada por un claro acto de racismo que la presidenta de la cámara no pudo resolver.
La polémica y el debate se desató en medio de una solicitud a cargo de la ONG SOS Méditerranée para hallar un puerto francés donde más de 200 migrantes rescatados esta semana puedan ser desembarcados.
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El inicio de la polémica
Cuando fue el turno del diputado Carlos Martens Bilongo, miembro de la coalición Izquierdista Francia Insumisa, inició la polémica. Martens, nacido en Francia pero de padres originarios del Congo y de Angola, fue crítico ante la aparente inacción del gobierno Francés en relación al pedido de la ONG. El barco Ocean Viking, propiedad de la última, se encuentra en alta mar a la espera del permiso de algún gobierno en las costas del Mediterráneo que pueda desembarcar a más de 200 migrantes rescatados. Esto para, posteriormente, poder zarpar de nuevo y seguir al rescate de migrantes a la deriva. Esto cobra particular relevancia puesto que, solo en el 2022, más de 1700 migrantes han desaparecido en las aguas del Mar Mediterráneo en el intento de poder llegar a Europa, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Mientras Martens tomaba la palabra, se oyó en el Parlamento francés un grito proveniente de las bancadas de extrema derecha. «¡Qué vuelvan a África!», exclamó el diputado por el Frente Nacional, Gregoire de Fournas. Tras oír esto, Martens inmediatamente cerró su micrófono ante los gritos que se oían de ambos lados del Hemiciclo. Por un lado, los compañeros de bancada de Martens exigían que Fournas fuese invitado a abandonar el Hemiciclo. Por otro lado, los demás diputados del Frente Nacional defendieron a su colega. El intercambio fue tal que la presidenta de la cámara, Yael Braun-Pivet, se vio forzada a suspender la sesión.
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Reacciones
Como era de esperarse, este acontecimiento generó revuelo, tanto en Francia como en el continente europeo. Por su parte, el gobierno francés, a través de la primera ministra Elisabeth Borne, exigió una sanción al diputado Fournas. Esto argumentando que «el racismo no tiene lugar en la democracia». A su vez, personas allegadas al presidente Macron comentaron que él se encuentra «herido» por estos comentarios «intolerables». Adicionalmente, la bancada oficialista comentó que no harán presencia en futuras sesiones del Parlamento hasta que el caso sea resuelto con un «castigo mayor». La medida será recién revisada hoy, un comité extraordinario del Parlamento se reunirá para resolver el asunto. Por su parte, el líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Melenchon, se pronunció vía Twitter, diciendo que estos comentarios son totalmente injustificables y que, por ende, Fournas debe ser excluido del parlamento.
Al otro lado, las reacciones han sumado a la polarización. Poco después, Fournas se disculpó, diciendo que el comentario no iba dirigido a Martens personalmente. Se presumió esto último ante una confusión generada por la similitud entre decir «él» y «ellos» en Francés. Sin embargo, miembros del Frente Nacional salieron en defensa de su colega alegando que los comentarios fueron «descontextualizados». Además denunciaron que estos fueron aprovechados por la izquierda y el gobierno para generar «polarización». Caso claro fue el de la lideresa del partido, Marine Le Pen, quien categorizó de «obvia» la creación de la polémica por parte de sus adversarios y que el pueblo francés no será «engañado así».