Hoy, 21 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, que insta a los países a tomar medidas al respecto. Sin embargo, a pesar de la existencia de un marco legal de protección para la igualdad en la mayoría de países, la discriminación racial estructural prevalece.
Así, en Latinoamérica, la población afrodescendiente tiene 2,5% más probabilidades de vivir en pobreza crónica. Del mismo modo, en Perú, alrededor de 16% de la población manifiesta haber aprendido una lengua originaria en su niñez.
Origen de esta conmemoración
El 21 de marzo de 1960, ocurrió el asesinato de 69 manifestantes en una marcha pacífica en contra del apartheid en Sudáfrica. Por ello, en 1966, la Asamblea General de la ONU proclamó el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial. Con esta fecha, se busca que los países miembros establezcan políticas que ayuden a luchar contra la discriminación.
Esta lucha se basa en el principio de la igualdad y señala que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Este principio es incorporado por las leyes de los miembros de la comunidad internacional y, también, puede ser encontrado en el artículo 2 de la Constitución peruana.
Sin embargo, la discriminación estructural incorpora “datos históricos y sociales que explican desigualdades de derecho o de hecho. Como consecuencia, se da una situación de exclusión social, de forma sistemática y debido a complejas prácticas sociales, prejuicios y sistemas de creencias. Por esta razón, pese que las leyes estipulan la igualdad, la discriminación racial, tanto en el ámbito cotidiano como en órganos públicos, se mantienen.
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Discriminación racial en Latinoamérica
Los afrodescendientes, en América Latina, tienen 2,5% más probabilidades de vivir en pobreza crónica que los blancos o mestizos según el informe del Banco Mundial (BM) del 2018. Es más, los afrodescendientes representan la mitad de quienes viven en la pobreza extrema en Brasil, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Uruguay, pese a que solo son el 38% de la población conjunta de estos países.
Del mismo modo, en América Latina, existen más de 800 pueblos indígenas diferentes, lo que equivale al 8% de la población de la región. A pesar de los avances logrados en promover la participación política de los pueblos indígenas, la gran mayoría ha quedado al margen de los progresos sociales y económicos conseguidos por la región en décadas recientes.
Ciertamente, son las mujeres indígenas quienes se llevan la peor parte, pues enfrentan una “triple discriminación” por ser mujeres, indígenas y pobres. Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), además de las dificultades normales que encara una mujer, las leyes indígenas tradicionales obstaculizan aún más su participación política en la región.
En los últimos años, el PNUD prestó apoyo a diversas iniciativas para la inclusión de grupos indígenas. Entre ellos, el Plan Integral de Desarrollo de los Pueblos Indígenas de Panamá, el Proyecto de Ley sobre Consulta Previa en Bolivia, la Política Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial 2014-2022 de Honduras y a los reglamentos de la Ley sobre Consulta Previa de Perú.
«Ellos quieren seguir pensando por nosotras, y haciendo proyecciones sobre nuestras vidas, falsas muchas veces, donde nos muestran como salvajes, a las que hay que civilizar»
Yola Mamani Mamani, boliviana que MIGRÓ a La Paz
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¿Cuáles son los avances en Perú?
Dentro del Perú, las comunidades indígenas y afroperuanas son quienes padecen de discriminación. Por ejemplo, Marco Avilés, periodista peruano de ascendencia indígena, relató que desde muy pequeño fue presionado para dejar de hablar quechua. Por ello, actualmente, no es capaz de comunicarse con sus abuelos en su idioma natal.
En 2018, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD), mostró su preocupación por la persistente discriminación racial estructural en el Perú, sobre todo, en contra de los pueblos indígenas y la población afroperuana; ya que repercute en el acceso al empleo, educación y servicios de salud de calidad.
En 2016, se desarrolló el Plan Nacional de Desarrollo para la Población Afroperuana 2016 – 2020. Esta busca garantizar el desarrollo y la mejora de la calidad de vida de la población afroperuana sin discriminación. Sin embargo, el CERD levantó observaciones por la baja asignación de recursos y débil coordinación para la aplicación de este plan.
Por otro lado, en 2021, culminó el Plan Nacional de Educación Intercultural Bilingüe a pesar de su relevancia con alrededor de 16% de la población que manifiesta haber aprendido una lengua originaria en su niñez. En el presente año, a nivel rural, se solicitó un listado de las instituciones educativas para que sean exceptuadas de la aplicación de servicio EIB. Con ello, podrán facilitar la contratación de docentes monolingües.
«31% de peruanos manifiestan haber experimentado algún tipo de discriminación en espacios públicos y privados, durante el último año»
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