Cada 20 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Felicidad. Esta busca reconocer su relevancia y el bienestar para la humanidad.
Este año se cumplen 10 años del informe del World Happiness Report y se destaca el gran incremento de la benevolencia en todos los países. El Perú ha descendido del puesto 63 al 74, debido al incremento de la tristeza por el aumento de las restricciones sanitarias.
El origen del Día Internacional de la Felicidad
Esta celebración fue decretada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2012. El motivo es reconocer la relevancia de la felicidad y el bienestar para la humanidad, junto a su importancia en las políticas públicas.
Por ello, la resolución de la ONU también contempla que los países desarrollen un crecimiento económico con un enfoque más inclusivo, equitativo y equilibrado. Para que así se de un desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza, la felicidad y el bienestar de todos los pueblos.
El decreto de la ONU se dio en Bután, país en el que desde 1970 se reconoce el valor de la felicidad nacional. Es más, la felicidad es prioridad sobre los ingresos nacionales; por consiguiente, la Felicidad Nacional Bruta sobre el Producto Nacional Bruto. Además, este país fue sede para una reunión de la ONU sobre «Felicidad y bienestar: definición de un nuevo paradigma económico».
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¿Cómo se mide la felicidad?
Cada año, un conjunto de organizaciones desarrollan el World Happiness Report. Este utiliza datos de encuestas globales para informar cómo las personas evalúan sus propias vidas en más de 150 países en todo el mundo.
De hecho, los principales factores analizados son: la distopía, percepción de corrupción, generosidad, libertad, PIB per cápita, la esperanza de vida saludable y el apoyo social. Ahora bien, en el presente año se celebra el décimo aniversario del reporte y se ha dado un importante descubrimiento.
Después de dos años de pandemia, ha habido un gran incremento en todos los países de la benevolencia en sus tres formas: caridad, ayuda a un extraño y voluntariado. Probablemente, esto es debido a que el covid-19 ha sido visto por la humanidad como una amenaza común, por lo que, la solidaridad ha incrementado.
Situación en Latinoamérica
En Latinoamérica, el país más feliz es Costa Rica, ubicándose en el puesto 23 en el ranking mundial con un PBI per cápita de 1584. Le siguen Uruguay y Panamá, en el puesto 30 y 37, respectivamente. Por otro lado, el país situado en el último lugar con respecto a la región es Venezuela.
Ahora bien, en el puntaje de todos los países el factor más predominante es la distopía. La distopía hace referencia a una sociedad caracterizada por la pobreza, falta de confianza al Gobierno y un estado con amplio poder.
También, se debe considerar que algunos países de la región no fueron incluidos debido a la pandemia. Esto debido a que dificultó la labor de recolección de datos, donde no se pudieron dar entrevistas cara a cara. En cambio, se realizó un análisis centrado principalmente en la relación entre el bienestar y el covid-19.
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La felicidad en Perú
Actualmente, Perú se ubica en el puesto 74 con un puntaje total de 5559 y un PBI per cápita de 1397. En cambio, en el Ranking del 2020 ocupaba el puesto 63 con un puntaje de 5840, por lo que, la felicidad habría disminuido en el país. Puede que, al igual que muchos países de la región y el mundo, el puntaje se haya visto afectado por la pandemia del covid-19. Claro está que el Perú fue uno de los países más afectados por la pandemia en la región.
Es más, a la fecha es el tercer país con más muertes registradas por covid-19. Además, en comparación con otros países, Perú mantuvo la cuarentena y otras restricciones por un periodo más largo; hecho que sumado a una vacunación tardía y envuelta en un escándalo de corrupción ha resultado en un mayor impacto económico y sanitario en el país.
De acuerdo con el reporte, en el ámbito emocional, la tristeza de la población peruana durante las primeras 5 semanas aumentó casi hasta el 10%. Igualmente, se detectó que las emociones positivas cayeron justamente cuando las restricciones sanitarias se volvían más estrictas.
Posiblemente, la inestabilidad política y los casos de corrupción de los últimos años hayan empeorado la situación; siendo la percepción de la corrupción y la confianza en el gobierno dos puntos importantes para medir la felicidad.