La crisis mundial ocasionada por el COVID-19 cambió por completo al mundo. En el país, golpeó de sobremanera dejando no solo a la economía por los suelos, sino también mostró las debilidades del sistema de salud y las instituciones que manejaban el país. Gracias a ello, fuimos reconocidos como uno de los peores países en manejar la pandemia; teniendo la mayor tasa de mortalidad posible. La recuperación económica fue, entonces, el centro de atención.
El país hundió su economía en un 11%, aumentando fuertemente el desempleo y regresando los niveles de pobreza a los de hace más de 11 años (33% en 2009, 32.6% en 2020). Las cifras del coronavirus y sus variantes muestran un total de 68 mil 271 infectados por cada millón de personas y más de 6000 muertes por la misma.
Regresando a la normalidad
A puertas del 2021, la economía dio un salto inmenso. Pero que este salto no sorprenda, ya que es solo un efecto rebote. La vuelta a la normalidad es, sin duda, una de las mayores interrogantes. Aunque esto no esté tan claro, hay cosas que no volverán a ser como antes. Bajo esta interrogante, la revista británica The Economist diseñó un instrumento denominado índice de normalidad. Dado que es complejo dar una respuesta directa, tal índice comprende ocho indicadores repartidos en transporte, congestión de tráfico, número de vuelos, tiempo fuera del hogar, taquilla de cine, afluencia de tiendas, ocupación de oficinas, entre otros.
En promedio, la economía mundial se ubica en 80 de 100 puntos, siendo 100 el nivel de prepandemia. De las 50 economías estudiadas (las cuales representan el 90% del PBI mundial), el Perú se ubica en la posición 49 de 50. En general, la mayoría de países ha tenido condiciones fluctuantes, pasando de una escala de bajo lo normal hacia lo más cercano a la plena normalidad. La diferencia con el Perú fue que, según dicho índice, no hemos podido pasar de la misma situación desde que empezó la pandemia en inicios de marzo del 2020.
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Sin embargo, no todo es de sabor agridulce. Dado que los datos se actualizan en tiempo real, es posible ver la mejoría de cada país. En comparativa, el Perú se encuentra entre los principales 30 países que expresan mejorías respecto a periodos pasados. En lo que respecta a sectores, el Perú se encuentra dentro del promedio del retail (único indicador superior a niveles prepandemia), mientras que los vuelos se encuentran en superior al promedio. Todo lo contrario sucede en afluencia de cines, atención de eventos deportivos, congestión vehicular y tiempo fuera de casa.
Estos indicadores muestran que el país no se ha recuperado en su totalidad, ya que estar encima del promedio no lo hace superior al nivel prepandémico. De hecho, nadie lo está. La actividad puede parecer rezagada; sin embargo, no se consideran cuestiones de virtualidad, aunque el país no tuvo gran impacto en este.
La realidad dentro de las regiones
Dentro de la propia realidad peruana, la economía presenta diferencias en cuanto a sus regiones. Si bien el PBI pudo tener un efecto rebote, esto no es igual para todas las regiones. La recuperación económica ha sido diferente para cada región y en algunos casos el cambio ha sido casi nulo. Según el Observatorio de Propuestas del Bicentenario, esto se debe a que el principal motor de crecimiento es la minería, esto frente a otros sectores como agricultura o electricidad.
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Asimismo, la inflación e informalidad afecta de forma distinta, ya que en algunos aspectos la circulación de la economía es desigual. Esto sumado a diferencias crisis sociales, especialmente en regiones mineras. La informalidad, en cambio, es de los pocos fenómenos homogéneos debido a que ha dejado a la gran mayoría por región en casi las mismas condiciones. Otras estadísticas como el crédito privado, deuda, morosidad y desempleo presentan un desempeño desigual.
Por último, la vulnerabilidad económica que presentan las regiones demuestra otra vez la débil situación del país y su gestión regional. En lo que respecta a tal indicador, existen cinco grupos repartidos por el nivel de riesgo de sobrepasar la línea de pobreza. En el primer grupo se encuentran Ayacucho, Cajamarca, Huancavelica y Puno. Mientras que Amazonas, Apurímac, Huánuco, Loreto y Pasco se ubican en el segundo, y Cusco, Junín, La Libertad, Piura y San Martín en el tercero.
Finalmente Áncash, Arequipa, Lambayeque, Madre de Dios, Moquegua, Provincia Constitucional del Callao, Lima (provincia Lima, Región Lima), Tacna, Tumbes y Ucayali son regiones donde la vulerabilidad representa 30% y la pobreza 13%. En base a este indicador, la mejor región es Ica, siendo la única del grupo 5. Es curioso notar que gran parte de las regiones mineras se ubiquen por encima del promedio nacional en cuanto a pobreza y vulneravilidad.
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