La empresa Plateau, quien tiene la concesión de litio y uranio en el Perú, vendió sus derechos a la canadiense Lithium Americas. Como resultado, ha existido incertidumbre en organizaciones de Puno sobre el destino de las reservas minerales. Por ello, recomiendan que el Estado participe directamente en la explotación de estos recursos.
El consejo regional de Puno afirmó que sesionará en dos semanas para plantear la propuesta al Gobierno. La finalidad es que la entidad principal declare de interés nacional al litio y uranio. Por otro lado, Jorge Zuñiga, consejero del sector, recomendó seguir el modelo chileno. El uranio servirá como materia prima para centrales nucleares.
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Ante el panorama en disputa, el Frente de Organizaciones Populares (FOP) se pronunciará sobre este tema. El proyecto demandará una inversión aproximada de US$ 887 millones. Cabe recordar que las reservas se encuentran en las zonas altoandinas de la provincia de Carabaya, al norte de Puno. En ella existen 4,7 millones de toneladas de carbonato de litio de alta pureza y 124 millones de libras de uranio.
¿Es viable la intervención del Estado?
El ingeniero Dante Perea, identifica la transacción entre empresas canadienses como legal. Argumenta que la operación se hizo a través de la bolsa de valores y el litio no es un recurso absoluto del futuro. El motivo es, según el ingeniero petroquímico, que existen celdas de grafeno que le hacen competencia.
No obstante, el ingeniero químico Jesús Antonio Gamero Márquez, asegura que el litio es un mineral del futuro. Por esta razón, el Estado debe darle prioridad para alentar la industrialización del país. «Eso atraería inversionistas corporativos (como Samsung) que desarrollen esa tecnología pero en el Perú», acotó.