El segundo trimestre del 2020 registró una caída del 30.2% del Producto Bruto Interno (PBI) del país, resultado de las medidas drásticas dictaminadas por el gobierno para poder facilitar la lucha contra el COVID-19, principalmente la inmovilidad social, generando la paralización total de las actividades económicas. A pesar de su reactivación gradual, algunos sectores permanecen a la espera de obtener permisos para poder volver a iniciar sus operaciones.
En el informe técnico de Comportamiento de la Economía Peruana durante el Segundo Trimestre 2020, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) dio a conocer los nuevos resultados del desempeño económico en el país. En él indica principalmente que los datos observados para el PBI son resultado del desfavorable desempeño de las actividades.
Las actividades extractivas mostraron una reducción de 20.9%, las de transformación un 44.5% y los servicios un 28.3%. Del mismo modo, la demanda interna disminuyó un 27.7%, resultado de los efectos derivados de la paralización económica. Ello aparece como consecuencia del aumento considerable del desempleo y de la disminución de los ingresos de la economía, que afecta principalmente a la capacidad de compra de los consumidores.
Igualmente, respecto a los principales componentes de la demanda, se observa un comportamiento similar en el consumo. El gasto de las familias se contrajo en 22.1%, resultado de la disminución de ingresos de los trabajadores, tanto dependientes como independientes, puesto que, la tasa de ocupación (población empleada) se redujo en 39.6%. Respecto al gasto de consumo del gobierno, este disminuyó un 3.2%, mientras que el gasto en salud pública creció un 0.1%.
Por otro lado, la inversión en conjunto se ha visto considerablemente afectada por las circunstancias actuales, evidencia reflejada en una reducción general de 57.7%. Por la rama de la inversión pública, ésta ha disminuido un 69.8% debido al menor gasto de inversión por parte del gobierno, mientras que la inversión privada se contrajo en 53.2%, principalmente por la restricción de las actividades económicas y la paralización de proyectos.
Asimismo, el comercio internacional se vió afectado, lo cual se refleja en una reducción de las transacciones realizadas. Por el lado de las exportaciones de bienes y servicios, se observa una disminución de 40.3%, que se explica como resultado de la baja demanda mundial por productos del exterior y por el contexto económico actual. De igual forma, las importaciones descendieron un 31.3% a consecuencia de una menor disposición a comprar productos externos.
Los planes de reactivación económica están siendo implementados gradualmente para poder permitir la continuidad de las operaciones que favorezcan el desempeño económico del país y reviertan las consecuencias observadas por la pandemia del COVID-19. De esta manera, se espera que se puedan obtener mejores resultados en el futuro e impulsar el PBI nacional.