En el blog del Fondo Monetario Internacional (FMI), han proyectado que la inflación en el mundo para este año se acelerará debido a la guerra en Ucrania. Anteriormente, el organismo había previsto que la inflación se mantendría por mucho tiempo a causa de los costos más altos de las materias primas y las presiones de precios.
Además, el FMI ha detallado los principales factores que impulsarían la inflación por más tiempo de lo previsto. Estos son los precios de las materias primas, interrupciones en el suministro, desequilibrio entre la oferta y la demanda y la escasa oferta laboral.
La perspectiva de la economía mundial
La perspectiva económica ha sufrido cambios para mal. Según el FMI, en su última Perspectiva de la economía mundial, ha proyectado aumentos más rápidos de los precios al consumidor este 2022, tanto para las economías avanzadas y economías emergentes y en desarrollo.
La invasión de Rusia solo agrava la situación de la inflación en el mundo. Las materias primas están sujetas al conflicto bélico en Europa oriental, pues Rusia y Ucrania son grandes exportadores de petróleo y gas; la mayor parte del suministro va directo a la Unión Europea. En ese sentido, las proyecciones inflacionarias del FMI está relacionada al impacto en el precio del crudo y el gas más severamente para este año; asimismo los precios de alimentos hasta bien entrado el próximo año.
El FMI espera que la inflación, ya elevada, persista por más tiempo; las tendencias de inflación para este año y el próximo se explican en el gráfico. De acuerdo con el organismo, la inflación en las economías avanzadas crecerá en 5,7%, una cifra histórica no vista hace más de 38 años. Por su parte, las economías emergentes y en desarrollo se acelerarán al 8.7%, el ritmo más rápido desde la crisis financiera mundial del 2008. Sin embargo, las proyecciones sobre la inflación se reducirán para el próximo año, bajando hasta el 2,5% y 6,5%, respectivamente.
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Los factores que explican la inflación elevada y prolongada
El FMI detalló los principales factores que influenciarán en la elevada inflación en el mundo y su prolongación hasta fines de año, estos son los precios de las materias primas, los cuellos de botellas en la oferta, el desequilibrio en el gasto de bienes y servicios y la escaza oferta laboral. En los siguientes ítems se detallará cada uno de ellos.
Precio de las materias primas
La guerra agravó los precios de las materias primas que ya estaban subiendo. La energía y los alimentos ayudaron a impulsar la inflación el año pasado, debido a la escasez del petróleo y gas; asimismo, impulsaron la inflación en Europa y en menor medida, en Estados Unidos. Por otro lado, los precios de los alimentos también jugaron un papel importante en las economías en desarrollo, especialmente en el caso indio, ya que el clima extremo redujo las cosechas; también el alza de precio de los fertilizantes, debido a la guerra, ha provocado la reducción en la producción de los cultivos y, por ende, subida de precios en los alimentos.
Cuellos de botellas en la oferta
Los problemas que limitan la producción en la cadena de suministro. Mientras los gobiernos del mundo estimularon la demanda con políticas monetarias, las interrupciones en el suministro crecieron por estás cinco razones: cierre de fábricas, restricciones portuarias, congestión de envíos, escasez de contenedores y la ausencia de trabajadores. Sin embargo, se espera que la demanda disminuya este año tras el retiro de las políticas de ayuda; de todas formas no es seguro que ocurra, sólo en cierto sectores, ya que es probable que los bloqueos recurrentes de China, por los nuevos brotes de coronavirus, la guerra de ucrania y las sanciones a Rusia, prolonguen las interrupciones en el suministro.
El desequilibrio en el gasto de bienes y servicios
Las personas aún gastan más en bienes que en servicios. Hace dos años, el gasto se ha focalizado en los bienes debido a las restricciones por la pandemia, ya que se omitieron las actividades presenciales. Asimismo, los cuellos de botella en el suministro impulsaron los precios de los bienes. La mayor parte de la inflación se explica en el alza de los precios de los bienes, dejando los precios de los servicios por debajo. Tal resultado modificó la inflación general al alza. Aunque la inflación de servicios repuntó a medida que se eliminaban las restricciones, los gastos en servicios aún no vuelven a niveles pre pandemia. En ese sentido, la inflación de los bienes sigue siendo importante en la mayoría de los países. La demanda de servicios aumentará aún más a medida que la pandemia disminuya y la inflación general debería volver a donde estaba antes del coronavirus.
Oferta laboral limitada
La pandemia condujo a la reducción de trabajos que necesitan el contacto humano. La escasez de trabajadores en el mundo, principalmente en industrias intensivas en contacto, está elevando los salarios; curiosamente, es la inflación la que ha impulsado también el incremento de los salarios. Entonces, ¿el remedio se convirtió en una enfermedad?. Por su parte, en las economías avanzadas se ha percibido una reducción en la participación laboral a causa de los efectos de la post pandemia. Las razones se explican por las jubilaciones anticipadas y trabajadores que no quieren o no pueden regresar a medida que continúan las infecciones.
Las proyecciones para el próximo año no son seguras
Según el FMI, si persisten estos factores en las proyecciones inflacionarias para este año, en 2023 la inflación empeorará elevándose a niveles históricos, principalmente en el crecimiento generalizado de los salarios, ya que podría acelerarse para alcanzar la inflación de los precios al consumidor. Asimismo, se ha percibido que los trabajadores buscan salarios más altos para preservar su poder adquisitivo; las consecuencias de esta tendencia haría que aumenten la inflación, destruyendo las expectativas inflacionarias para el próximo año. Recordemos que, una vez que los salarios suben, nunca bajan y aumenta el costo de vida y por ende mantiene la inflación elevada como si fuera la inflación de siempre.
Perú con la inflación más baja de la región ¿ Estamos realmente en ventaja?
Según Germán Alarco, economista, investigador de la Universidad del Pacífico y miembro del directorio del Banco Central de Reserva del Perú, la inflación en Perú, a diferencia de sus vecinos en la región, se justifica por el alto precio de la energía (combustibles) y los alimentos.
Si uno compara las inflaciones de todos los países de América Latina, hay que distinguir que hay dos componentes: la inflación en general, que incluye todo, y la inflación restando alimentos y energía o lo que se llama, en el lenguaje del Banco Central, la inflación subyacente. El Perú es de los países que tienen la inflación más focalizada en alimentos y energía y, menos, en el resto de productos, lo cual nos genera una ligera ventaja.
Germán Alarco a Ojo Público
No hay un país en la región, excepto Perú, que tenga una inflación, como lo denomina el BCR, subyacente; es decir, de la inflación general se esconde una inflación muy representativa de un cierto sector: alimentos y energía. En ese sentido, los sectores económicos, menos energía y alimentos, de nuestros vecinos de la región, son altos los precios e inferiores a los de nuestro país. Se puede decir que hay una inflación generalizada, en el caso peruano una inflación focalizada.
La población mundial está preocupado por la inflación
Según los datos de la macroencuesta Global Consumer Survey de Statista, la inflación es un asunto cada vez más preocupante para la ciudadanía de varios países.
Por ejemplo en España, donde se ha previsto una tasa de inflación del 5.3%, el 51% de los encuestados entre abril de 2021 y marzo de 2022 aseguraron que la inflación, la subida de los precios y el coste de vida es una de las cuestiones más importantes que deberían abordarse en su país. Por su parte, los encuestados en Reino Unido son del 52%; en Alemania, un 44% e Italia, 37%.
Al otro lado del continente, la población de Estados Unidos y Chile cada vez están más preocupados por la inflación; en cambio México y Argentina, la inquietud por esta cuestión ha disminuido, aunque levemente. En la parte inferior se muestra el resto de países encuestados (ver gráfico).