La actual crisis energética pone en peligro la industria de los fertilizantes, la producción de alimentos, a la economía mundial y a la seguridad alimentaria.
¿Qué son los fertilizantes?
Según el diccionario panhispánico de la Real Academia de la Lengua Española (RAE), un fertilizante es un producto de uso agrícola o utilizado en jardinería que, gracias a su contenido en nutrientes, facilita el crecimiento de las plantas, aumenta su rendimiento y mejora la calidad de las cosechas, o que, por su acción específica, modifica, según convenga, la fertilidad del suelo o sus características físicas, químicas o biológicas. Los fertilizantes juegan un papel esencial en el desarrollo de cultivos para producir suficientes alimentos para la economía global.
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¿Qué está pasando?
La industria de fertilizante está experimentando un aumento general de los costos de producción, debido al aumento del precio mundial de energía y petróleo. Los fertilizantes nitrogenados, los más usados en la actualidad, están aumentando debido al costo del gas natural, que se utiliza en el proceso de fabricación. Además, la exportación de estos se está viendo afectada por la crisis de los contenedores. Esta situación viene generando una reducción en la producción de fertilizantes, disminuyendo la distribución de estos insumos primordiales en la actividad agrícola. La industria dedicada a la producción de abonos está racionando su capacidad lo que impacta en el precio final de estos productos para el agro.
Debido a la incertidumbre sobre el periodo en el que se mantendrá el aumento de los costos de producción, las empresas productoras de fertilizantes prefieren no elevar su producción a altos costos.
China y Estados Unidos
China, uno de los principales proveedores de fertilizantes, anunció la restricción de sus exportaciones para poder atender su
demanda local. Además, para poder continuar con la producción, Beijing prefiere seguir comprando los fertilizantes sin importar el precio. Esto hace que las empresas encargadas prefieran enviar sus productos al país asiático, buscando una mayor rentabilidad.
Los precios de fertilizantes, como por ejemplo la urea, un demandado fertilizante a base de nitrógeno, a principios de septiembre, aumentaron al nivel más alto desde el año 2012 en Nueva Orleans, principal centro comercial de fertilizantes de Estados Unidos.
Posibles consecuencias económicas
Actualmente, varios de los principales jugadores del mercado agroindustrial ya presentan problemas de abastecimiento. Debido a los elevados precios se prevé la reducción del uso de los fertilizantes y probablemente las áreas sembradas, causando escasez en las cosechas, lo que conducirá a un incremento aún mayor de los precios de los productos alimenticios.
Es importante mencionar que algunos herbicidas necesariamente deben ser aplicados en tiempo y forma, en períodos muy cortos desde la fecha de siembra. De otra forma, se perderá la producción. Uno de los productos más afectados por el aumento de precio será el maíz. Los fertilizantes representan aproximadamente el 20% del costo del cultivo. Una mala cosecha de maíz se traduce en alimentos más caros, por ejemplo, el aumento del precio de la carne de pollo. Actualmente la siembra de maíz abarca 37.8 millones de hectáreas, se prevé que para el año 2022 disminuya a 36.8 millones.
Según el índice de precios de alimentos mensual de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en septiembre del 2021, los precios de los alimentos se dispararon casi un 33%. Por ejemplo, el alza del precio del petróleo que inició en 2020 afectó los costos de todos los productos alimenticios en el índice de la FAO, al subir los costos de producción y transporte de alimentos.
Perú y la crisis de los fertilizantes
Según el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), la agricultura nacional consume cerca de 1 millón de toneladas de fertilizantes al año, el 90% de los cuales son importados. Según la Convención Nacional de Agro Peruano (Conveagro), el uso de fertilizantes representa entre un 35 a 40% de los costos de producción en general de los campos de cultivo.
Los precios de los fertilizantes que Perú importa se han duplicado. Esta situación está poniendo en riesgo las campañas agrícolas futuras. El precio de la urea subió en 109%, al pasar de 62 soles a 130 soles por un saco de 50 kilos entre octubre del 2020 y agosto del presente año.
El saco de Nitrato de Amonio que costaba alrededor de 62 soles el diciembre pasado y 83 en febrero, actualmente supera los 100 soles. El fosfato de amonio el año pasado costaba 80 soles y hoy se vende a 160 y el fosfato de potasio, que costaba 120 soles el año 2020, hoy cuesta 160 soles. El cloruro de potasio que estaba 75 soles hoy está a alrededor de 120 soles. Además, los agroquímicos aumentaron su precio en un 14%.
Los elevados costos de los nutrientes sumados a la rápida inflación de los alimentos tendrán los impactos económicos más severos en las economías de mercados emergentes, como el Perú, debido a que las personas de bajos ingresos asignan una parte más significativa de sus ingresos a la compra de alimentos.