En una reciente publicación del Fondo Monetario Internacional (FMI), se precisa que los servicios financieros han facilitado, agilizado y abaratado el acceso a la financiación. Sin embargo, a pesar de su función en la inclusión financiera digital, su impacto en las brechas de género varía según los países. A continuación, un breve resumen del informe mencionado sobre las ‘fintech’ y demás.
Brechas de género en el uso de servicios financieros digitales, a nivel internacional
Las brechas de género, en la inclusión financiera, continúan persistiendo. A nivel mundial, el 65% de las mujeres tiene una cuenta mientras que los hombres llegan a un 72%. Según la publicación del FMI, la distancia al banco, falta de documentos o factores socioeconómicos y culturales han impedido que las mujeres accedan a las instituciones financieras.
Desde luego, las tecnologías financieras pueden ayudar a superar estos obstáculos y empoderar, financieramente, a las mujeres por su facilidad de uso y accesibilidad. Por ejemplo, en algún momento, se consideró que la tecnología puede hacer que la informalidad predominante comience a caer en el Perú.
Ahora, por un lado, se encuentran las brechas de género en el uso de los servicios financieros digitales. Sin embargo, la poca relevancia económica del papel de las mujeres como líderes en la industria financiera también es fuerte.
El lado femenino ocupa menos del 25% de los puestos en los directorios de bancos y agencias de supervisión bancaria. Con ello, representan alrededor del 5% de los directores ejecutivos de bancos a nivel mundial.
Se debe resaltar que, al ser las mujeres líderes en la industria ‘fintech’, podrían ser fundamentales en el desarrollo, mercadeo y suministro de productos financieros que puedan satisfacer mejor las necesidades de las mismas. Este desarrollo puede ayudar aún más a cerrar la brecha de género en la inclusión financiera digital.
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‘Fintech’ y tecnología
Es clave mencionar que el papel de ‘fintech’ y otros servicios relacionados con la tecnología ha aumentado, sustancialmente, durante el COVID-19. Esto brinda tanto una oportunidad como un desafío para reducir las brechas de género.
Mientras se acelera la adopción de servicios financieros digitales en medio de la pandemia y en la era posterior a la COVID-19, existe el riesgo de que surjan nuevas fuentes de exclusión financiera, incluso debido a la brecha digital.
Los gobiernos y, desde luego, reguladores tienen un papel crucial que desempeñar para garantizar la inclusión de las mujeres, tanto como usuarias como líderes, para fomentar aún más la inclusión financiera. Invertir en alfabetización digital y financiera debería ocupar un lugar destacado en su agenda.
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‘Fintech’ y sus avances en el Perú
En este proceso, destaca el nuevo rol que están asumiendo los bancos. Muchos se han subido a la ola y están desarrollando alianzas e iniciativas ‘fintech’. En Perú, por ejemplo, Yape es una billetera electrónica del banco más grande, el Banco de Crédito del Perú (BCP).
Alrededor de este fenómeno, surgen figuras como los “neobancos”, que es la unión de una ‘fintech’ y un banco para prestar servicios financieros; y el “banking as a service” que permite a los bancos habilitar sus plataformas para que las empresas ‘fintech’ puedan desarrollar servicios financieros para sus clientes.
Un ejemplo del acelerado avance de este fenómeno son los denominados “Unicornios”, que son empresas ‘fintech’ que se han convertido en empresas multilatinas y valorizadas en más de 1 billón de dólares.
Finalmente, para que la innovación financiera que trae el sector privado a través de las ‘fintech’ genere confianza, debe ser acompañada con las herramientas legales necesarias para lograr objetivos prioritarios en nuestros países como aumentar la inclusión financiera, promover la formalización de la economía y, progresivamente, dejar de usar dinero en efectivo para reducir las actividades ilícitas.
También, deben seguir trabajando en su cambio cultural, en el desarrollo del talento, la tecnología, la ciberseguridad, la gestión de riesgos y el cumplimiento normativo. Elementos clave para generar más confianza.
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